⊰𝟗⊱

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Now playing -'Afuera del Planeta de Manuel Medrano.'

Un año después...

Estaba saliendo de mi lugar de trabajo, tomé mi chaqueta y me despedí de las pocas personas que todavía quedaban en la oficina. Ya era algo tarde y el ambiente era tranquilo, con luces tenues que iluminaban los pasillos vacíos. Me dirigí al lobby del edificio, sintiendo la brisa fría que se colaba a través de las puertas automáticas al abrirse. Al parecer, el frío estaba peor de lo usual. Me puse mi bufanda, enrollándola alrededor de mi cuello, y me dirigí hacia la estación de metro más cercana.

El trayecto en el tren era mi momento favorito del día; me permitía desconectarme y sumergirme en mis pensamientos. Saqué mi teléfono y me puse los audífonos, comenzando a escuchar un audiolibro en español que me habían pedido traducir al coreano. Era un relato criminal, que a pesar de que fuera mi trabajo, disfrutaba leer los libros para después traducirlos. Mientras escuchaba, iba tomando notas de los pasajes que consideraría importantes para traducir después. 

Desde que trabajo en esa editorial, no me he preocupado más por problemas financieros. La estabilidad laboral me había permitido enfocarme en mis sueños y en lo que realmente me apasionaba.

Llegué a mi estación y bajé como es habitual. Saqué la tarjeta de acceso y entré al edificio, sintiendo la familiaridad de cada rincón. Subí en el elevador, observando cómo los números iban cambiando lentamente. Cuando finalmente llegué a mi piso, me dirigí hacia mi apartamento, pero a unos cuantos metros de mi puerta, vi a una silueta familiar de espaldas.

—"¿Dae-Ho, eres tú?" pregunté, sintiendo que el corazón me daba un vuelco. La emoción me llenó al ver esa figura que había estado tan presente en mis recuerdos.

La figura se giró lentamente, y al ver su rostro, una sonrisa iluminó mi cara. Era como si el tiempo no hubiera pasado, y todas las memorias compartidas regresaran a mí en un instante.

—"Celes," dijo, con una mezcla de sorpresa y alegría. "Que bueno verte de nuevo."

Dae-Ho había cambiado un poco; su cabello era un poco más largo y su expresión era más madura, pero aún conservaba esa chispa que siempre me había atraído. Había algo reconfortante en su presencia, algo que me hacía sentir segura y feliz.

—"¿Qué haces aquí? Tenía un rato que no te veía. Me alegra verte... tu pelo, creció." sonreí, intentando ocultar la mezcla de emociones que me invadía.

—"Quería verte. Tuve un proyecto del trabajo, como te había comentado, pero mi estancia fuera de la ciudad fue larga. Ya te quería ver." respondió Dae-Ho, su voz llena de sinceridad.

—"Sí esa es tu manera de decir que me extrañaste, yo también te extrañe." pause por un momento. "¿Sí lograste contactar a tus hermanas?" pregunté, curiosa.

—"Sí pude, me ayudaron mucho tus consejos. No quería volver a mi casa después de que salí de la marina, como te dije, pero las busqué y reconecté con ellas. Incluso ya fui a visitar a mis sobrinos." rió, su risa era contagiosa. "¿Te acuerdas que te conté, cuando estábamos en... ese lugar?"

Su voz se cortó al recordar aquel asqueroso infierno, un lugar que ambos habíamos querido olvidar. La atmósfera se tornó un poco más pesada, pero su sonrisa iluminó el momento.

—"Me alegro que pudiste. Seguro te extrañaron demasiado," respondí, sintiendo alegría por él.

—"Sí, lo hicieron. Es bueno volver a estar cerca de ellas." dijo Dae-Ho, mirando hacia el pasillo. "Pero también es bueno estar aquí contigo."

Su mirada se encontró con la mía, y en ese instante, todo lo demás desapareció. La chispa de ese momento fue.. mágica.

—"¿Te gustaría ver los tiburones?" preguntó Dae-Ho, intentando cambiar de tema. "Tengo dos entradas para un acuario el día de mañana y sé cuánto te gustan los tiburones."

Sonreí, sintiendo una oleada de emoción.

—"Júramelo. Nunca he visto tiburones de cerca." respondí, entusiasmada. "¿En serio tienes las entradas?"

—"Sí, pensé que sería una buena idea. Además, podríamos hacer algo después, como ir a comer." sugirió, imaginando un día perfecto.

—"Me encantaría." dije, sintiendo que su propuesta era perfecta. "Esa idea suena genial. Es como si estuvieras leyendo mi mente."

—"Tal vez lo estoy." bromeó, riendo suavemente. "Entonces pasó por ti mañana a las tres. ¿Te parece?"

—"Me parece bien, entonces te veré mañana." dije, ansiosa.

Dae-Ho me dio un abrazo y se despidió cálidamente antes de dirigirse al elevador, dedicándome una última sonrisa antes de que las puertas se cerraran.

Abrí la puerta y entré, dejando mis zapatos en la entrada. Caminé hacia la cocina para hacerme algo de cenar; opté por una pasta que tenía en el refrigerador, que solo calenté. Una vez terminada, lavé el tupper y me dirigí al cuarto, donde me di una ducha rápida. Me puse mi pijama, puse una alarma a las nueve y me acosté a dormir, ansiando con todo mi ser que ya fuera mañana.

Mientras me acomodaba en la cama, mi mente no podía dejar de pensar en Dae-Ho. La forma en que sonreía, la calidez de su abrazo, y la emoción en su voz cuando hablaba de sus hermanas. Todo eso me hacía sentir más cosas por él.

Me quedé mirando el techo, contando los minutos hasta que pudiera volver a verlo. La idea de pasar el día juntos me llenaba de alegría. Finalmente, el cansancio me venció, y me dejé llevar por el sueño, cayendo rendida a las cobijas.

La alarma sonó al día siguiente. No quería levantarme realmente, pero al recordar lo que sucedería hoy, no dudé ni un segundo y me levanté rápidamente. Me duché de nuevo y elegí una ropa cómoda pero bonita, y sobre todo abrigada, pues era otoño. La dejé sobre mi cama y me puse algo cómodo para andar por casa.

Después de prepararme un desayuno ligero y alimentar a mi gata, revisé la hora: aún tenía tiempo. Decidí poner un poco de música y trapear el piso para relajarme mientras esperaba. La emoción burbujeaba en mi interior, y cada minuto que pasaba me acercaba más a ese momento. Cuando dio la una, me fui a maquillar. Me puse muy poco esta vez; por alguna razón, me sentía más segura sin usar tanto maquillaje cuando estaba con Dae-Ho. Solo utilicé tinta, rubor y rímel.

Me recogí el cabello en una trenza, como a él le gustaba, igual a la que me hizo un día en los juegos. Me puse el conjunto que había dejado en la cama y tomé mi celular, que había dejado cargándose en la sala. Estaba a punto de ponerme los zapatos cuando escuché el timbre. Revisé mi reloj y, en efecto, eran las tres en punto.

Terminé de ponerme el calzado y abrí la puerta, viendo a Dae-Ho parado. Se notaba nervioso, con las manos en los bolsillos y una sonrisa tímida en su rostro.

.・。.・゜✭・❤・✫・゜・。.

Dae-Ho's POV:

La puerta se abrió y fue cuando la vi. Se veía tan bonita y sofisticada. Su largo pelo castaño, recogido en una trenza de lado, caía suavemente sobre su hombro, dándole un aire despreocupado pero elegante. La bufanda de un rosita claro contrastaba perfectamente con el lindo color canela de su piel, resaltando su belleza natural. Sus mejillas, de un tono rosa-rojizo, iluminaban su rostro y hacían que se viera aún más hermosa.

Mis ojos se perdieron en sus ojos cafés, tan lindos y llenos de vida, que me miraban a mí con emoción. Dios, no puedo explicar lo hermosa que es esta mujer. En ese instante, sentí que el tiempo se detenía; todo lo que había planeado decir se desvaneció, y solo podía admirarla.

—"Hola." dije, tratando de mantener la calma, aunque mi corazón latía con fuerza. "¿Estás lista?"

Ella sonrió, y en ese momento, sentí que el mundo se iluminaba. Su sonrisa era contagiosa, y me hizo olvidar cualquier rastro de seguridad que pudiera tener. Con solo sonreír esta mujer me ponía nervioso, maldita sea.

—"¡Hola! Sí, estoy lista," respondió, su voz suave y melodiosa. "¿Tú también?"

—"Sí, solo que... no puedo dejar de pensar en.." pensé en que decir sin decirle que me volvía loco, mientras me rascaba la nuca, sintiendo un poco de nerviosismo. "¡En los tiburones!" Maldita sea solo se me ocurrió eso.

—"Lo sé, a mí también me emociona" dijo, y su mirada fija en mí me llenó de nerviosismo aún más.

— "Entonces vámonos bonita." le dije mientras le dedicaba una sonrisa.

Mientras caminábamos hacia el coche, la conversación fluyó naturalmente. Hablamos de nuestras películas favoritas, de lo que más esperábamos ver en el acuario y muchas cosas más. Cada palabra que intercambiábamos hacía que me sintiera más conectado a ella. La forma en que sus ojos brillaban al hablar de sus intereses me cautivaba, y me di cuenta de que quería conocer cada pequeño detalle sobre ella.

Al llegar al acuario, el bullicio de las familias y los niños riendo nos envolvió. Sin embargo, en medio de todo, solo podía concentrarme en ella. Le tomé la mano para no perderla, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Esa simple acción me hizo sentir que todo encajaba. Era como si estuviéramos en nuestra propia burbuja, ajenos al mundo exterior.

—"Primero, vamos a ver a los tiburones." dije, intentando desviar el nerviosismo que tenía dentro de mí. La arrastré hacia la entrada del túnel submarino, donde el mundo exterior desapareció y nos sumergimos en un entorno que parecía solo nuestro.

Al entrar, fuimos rodeados de criaturas marinas nadando con gracia en el agua cristalina. Los tiburones, majestuosos y serenos, deslizándose a nuestro alrededor, me dejaron sin aliento.

—"Mira eso." exclamo, señalando un tiburón que pasaba cerca de nosotros. "Es impresionante."

—"Lo es." respondí, maravillado. Pero no veía a los tiburones, la veía a ella tan sumergida por nuestro alrededor, las luces, el ambiente se sentía tan mágico.. y estar con ella me provocaba cosas dentro de mi ser.

Mientras observábamos, la conexión entre nosotros se hacía más fuerte. Podía sentir la energía entre nosotros, como si cada mirada y cada sonrisa construyera un puente invisible que nos unía aún más. Sabía que este sería un día inolvidable, uno que guardaríamos en nuestros corazones para siempre. Cada vez que un tiburón se acercaba, nuestras manos se apretaban un poco más, y las risas y exclamaciones de asombro llenaban el aire. Era un momento perfecto, uno que deseaba que nunca terminara.

En un momento de descuido, le tomé una foto mientras observaba a una pequeña medusa que nadaba cerca. Su expresión de asombro y fascinación era simplemente perfecta. La imagen capturaba la magia del momento, y decidí ponerla de fondo de pantalla en mi celular antes de guardarlo. Sabía que quería recordar ese momento por siempre.

Ella se rió, un sonido que reemplazaba cualquier canción que pude haber llamado mi favorita en algún momento. Se encontraba mirando hacia el tanque donde las medusas danzaban suavemente. "Este lugar es increíble. Nunca había visto algo así."

Mientras continuábamos explorando el acuario, me di cuenta de que cada nueva área del acuario era más emocionante porque lo compartía con ella. Pasamos por tanques llenos de coloridos peces, corales vibrantes y hasta un área donde los pingüinos nadaban y jugaban entre sí. Cada parada era una oportunidad para reír, comentar y acercarme más a ella.

—"Mira eso." señalé hacia un grupo de pingüinos que saltaban y se deslizaban por el agua. "Son tan adorables."

—"¡Son como pequeñas balas!" exclamó, riendo. Su risa era contagiosa, y me sentí más feliz de lo que había estado en mucho tiempo.

Después de un rato, llegamos a una zona donde había un enorme tanque con rayas. La atmósfera se volvió un poco más seria, y ambos nos quedamos en silencio, observando con admiración cómo estas criaturas majestuosas se movían con gracia.

—"Son tan impresionantes." dijo ella, con una mezcla de respeto y asombro en su voz.

Finalmente, la lleve a una sección del acuario que sabía que le gustaría. Un gran tiburón ballena se encontraba nadando en una gran vitrina con peces coloridos a su alrededor, las luces, el momento, sentía que todo encajaba. No había nadie en esa sección y supe que era mi oportunidad.

—"Celeste."

Ella volteo a verme, sus ojos fijados en los míos. Me ponían nervioso esos grandes ojos cafés, me tenían adicto a ellos. La tomé de ambas manos, dejando que nuestros ojos conectarán. Deje que viera a través de mi para que supiera todo lo que sentía por ella.

—"He estado pensando en cómo encontrar las palabras adecuadas para decirte lo que siento cada vez que estoy contigo. Desde el instante en que te conocí, algo dentro de mí cambió. Supe, de alguna manera inexplicable, que quería estar a tu lado, no solo por un momento, sino por el resto de mi vida. Aunque solo llevábamos tres días de conocernos, sentí algo tan profundo, que tuve que contenerme para no decírtelo en ese instante. Y en este último año este sentimiento no ha cambiado en lo absoluto, si no que ha crecido. Me cautivaste por completo, de una forma en la que nunca antes había sucedido. Tus ojos, esos preciosos ojos que parecen contener todas las estrellas y galaxias del universo, me hipnotizan cada vez que me miras. Podría perderme en ellos y aún así sentir que estoy exactamente donde debo estar. Y tu cabello... parece la misma brisa del viento, deslizándose con tanta suavidad y delicadeza por tus hombros. Tu sonrisa, tan radiante, es capaz de opacar al sol. Cuando ríes, todo mi mundo se detiene; tu risa se convierte en mi canción favorita, esa que no quiero dejar de escuchar nunca. Y el color canela de tu piel... es tan hermoso, tan único, que despierta en mí el deseo más puro y sincero de acercarme a ti, no solo de manera física, sino en todos los sentidos posibles. Porque contigo no es solo atracción; es admiración, es respeto, es algo más profundo de lo que jamás podría explicar con palabras. Y luego está tu alma... tan pura, tan noble, tan llena de bondad. Tu personalidad, con todas sus luces y matices, me hace sentir que eres la mujer más hermosa que he conocido, por dentro y por fuera. Sé que esta cita puede no ser el plan más espectacular del mundo, pero quiero que sepas que cada detalle, cada paso, lo pensé con la ilusión de hacerte sonreír, de que te sintieras especial, porque eso es lo que eres para mí, alguien única, irrepetible. Quiero ser esa persona que te haga sentir amada, valorada y feliz, como tú me haces sentir a mí. Porque si me das la oportunidad, prometo que haré todo lo posible para que cada día a tu lado sea especial. Por eso, quiero pedirte algo que llevo mucho tiempo deseando decirte ¿me permitirías ser tu novio? "

El silencio inundó la sala y por un momento me empecé a angustiar por su respuesta. Pero me dedico una sonrisa, maldita sea, su hermosa sonrisa.

—"Dae-Ho..


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