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Una forma de salida.

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Observe con claridad cĂłmo Ron desviaba su mirada de mi, como este miraba a mi papĂĄ como un tipo de monstruo que realmente, Ă©ramos todos y cada uno de los que estĂĄbamos aquĂ­. DirigĂ­ mi mirada a mi papĂĄ, quien estaba sudado y sucio, estaba algo agitado aĂșn y podĂ­a admitir que no me importaba, lo que me importaba era que Ă©l estaba sano y salvo. El plan de la cantera se derrumbĂł, al igual que nuestro plan de protecciĂłn aquĂ­ en la comunidad. A penas papĂĄ y Michonne lograron volver, algunos lograron girar, Heath un residente de la comunidad quien llegĂł hace poco ya que estaba en una expediciĂłn afuera, logro volver tambiĂ©n, pero sus compañeros no lo lograron. Mi mirada cambio a Aliana, quien estaba abrazada de hombros junto a Maggie y una Natasha algo desconcertada... pues la mitad de nuestro grupo no logro volver con ellos y las chicas todas estaban preocupadas, pues dieron muy malas noticias, al menos para Maggie ya que Glenn al parecer no le siguieron el rastro junto a Nicholas.

Deseaba y esperaba que cada uno de ellos llegaran, lo mĂĄs tarde posible, no querĂ­a una tumba mĂĄs con el nombre de alguno de mis compañeros, pues Daryl Dixon y su pequeño grupo tampoco habĂ­a vuelto. Sasha y Abraham se habĂ­an ido juntos Daryl de acuerdo al plan que papĂĄ habĂ­a iniciado, ninguno volviĂł y todos perdieron comunicaciĂłn mediante al walkie-talkie de papĂĄ, ninguna lĂ­nea era escuchada. Todos estĂĄbamos preocupados, pues el rostro de papĂĄ lo dejaba ver todo, aunque la peor parte no era esa... eran los caminantes. PodĂ­a sentir su olor afuera de los muros, podĂ­a sentirlos por sus gruñidos y eran demasiados; se habĂ­an dirigido hacia acĂĄ y por poco mi papĂĄ iba ser su presa. Él tenĂ­a su camisa con rastros de sangres de ellos, tenĂ­a una mano lastimada. Se veĂ­a en su rostro el cansancio y podĂ­a comprenderlo.

—Pueden oĂ­rlos, tambiĂ©n pueden verlos.—papĂĄ empezĂł a hablar, dirigiĂ©ndose a todos los residentes que miraban con horror y miedo los muros.—Se que estĂĄn asustado, nunca han vivido algo asĂ­. Pero los muros resistirĂĄn, el ĂĄrea de la torre el panel puede resistir Âży ustedes?—comentĂł —Los demĂĄs volverĂĄn, todos.—vi en su rostro la esperanza de que ellos volvieran, ellos volverĂ­an.

—Lo harĂĄn.—dijo Rosita, quien se mantenĂ­a con esperanza de que Abraham volviera, ella tambiĂ©n estaba en su desespero como todos.

—Sasha, Abraham, Daryl. Tiene vehĂ­culos, los alejarĂĄn, a los demĂĄs tambiĂ©n. Glenn y Nicholas tambiĂ©n, volverĂĄn por esa puerta, saben lo que hacen. Y nosotros sabemos lo quĂ© hay que hacer... evitar hacer ruido.—papĂĄ miro como Maggie y Natasha le asintieron, pues ambas mujeres estaban preocupadas por cada uno de esos nombrados, incluso Aliana quien mantenĂ­a amistad con todos.—Cerraremos las cortinas, o mejor, apagar las luces. Haremos que este lugar sea un cementerio y quizĂĄs se vayan.—nos aconsejo papĂĄ.

—Ya es un cementerio.—todos observaron a la residente que interrumpió a papá, está lo miro con desprecio, pues parecía querer haber echado la culpa por lo que estaba sucediendo.

—Porque ustedes así lo han decidido.—la voz de Aliana cautivó a los que observaron el incómodo momento que esta residente había provocado, ya no era la primera vez que Aliana salía a defensa de mi papá.—¿Quieres echarle la culpa a alguien?—pregunto ella, mirando como la residente obtuvo mejor el silencio ante Aliana que era una menor, sin contar que Natasha ya estaba con un rostro de enfado.—Ustedes tienen la culpa, yo los culpo a ustedes por su debilidad.—dijo esta, mientras que cada uno de los residentes la observó con molestia, mientras que Maggie estaba detrás de ella y colocó su mano en su hombro.

—La cantera se derrumbĂł y toda la horda estaba viniendo hacia acĂĄ, no la mitad. El plan que Rick puso en marcha, evitĂł que eso pasara. DesvĂ­o a la mayorĂ­a.—AarĂłn interrumpiĂł la incĂłmoda conversaciĂłn, apoyando a papĂĄ tambiĂ©n.—Cuando estuve reclutando con Daryl, hallamos una fĂĄbrica de comida enlatada, Daryl no querĂ­a entrar... yo si. Hicimos lo que quise pero era una trampa, casi no podĂ­amos escapar. Obtuvieron mi mochila y quizĂĄs asĂ­ lograron hallar este lugar.—todos lo miraron extraño, un silencio se formĂł y nadie quiso comentar mĂĄs, todos parecieron empezar a irse por sus lados y dejando a AarĂłn con la palabra en la boca; pues papĂĄ no tenĂ­a culpa.

—No la he visto, creo que si se fue.—sentĂ­ el susurro de Aliana aĂșn lado de mi, gire mi rostro y la observe, ella se referĂ­a a Enid quien habĂ­a escrito una nota de despedida.

—Sobrevive como sea... —susurre lo que Enid habĂ­a dejado en su nota antes de irse de mi casa. observando a Aliana quien se mantenĂ­a delante de mi... ella estaba limpia, estaba bañada.—No podemos salir, no podemos buscarla si se fue.—Aliana alzĂł una ceja ante mi respuesta, ambos habĂ­amos quedado solos en la acera de la comunidad.

—¿Buscarla? ¿Ambos?—pregunto ella cruzándose de brazos, una fina línea se formó en sus labios, el tema no parecía agradarle.—¿Ella te gusta?—pregunto al instante, quede en un estado de shock ante esa pregunta tan repentina, ni siquiera supe que contestarle pues no sabía cómo explicarle que era ella quien me gustaba.

—Am, que... Âżpor quĂ© preguntas eso?—sentĂ­ como me trabĂ©, ella me miro y bufo, parecĂ­a molesta y entendĂ­ esa referencia de cĂłmo quiso evitar los celos.—No, ella no me gusta.—dije, algo mĂĄs calmado, pero ella tenĂ­a su cela aĂșn alzada.

—Si tĂș lo dices... —susurro y no tarde en sonreĂ­r, observando sus mejillas coloradas y no sabĂ­a si era porque estaba sonrojada o enfadada. Ella pareciĂł cambiar su estado y pareciĂł relajarse, pues parecĂ­a que tenĂ­a intenciones de irse ante girarse y darme la espalda.

—Oye... —la llame, cogiendo con delicadeza su brazo y girĂĄndola hacia mi, obteniendo su mirada con sus ojos verdosos, parecĂ­amos tan cerca porque tan solo podĂ­a sentir su respiraciĂłn chocar con la mĂ­a.—Necesito que aclaremos esto, no somos niños pequeños.—dije con total valentĂ­a, pues ella sabĂ­a a lo que me referĂ­a y lo notĂ© al ver sus mejillas ponerse de ese color rojo, notĂ© cĂłmo se puso nerviosa.

—Carl, Aliana.—nos quedamos ambos cerca uno al otro, viendo yo a papĂĄ acercarse a nosotros, ya que Aliana estaba de espalda.—Necesito que estĂ©n ambos en las casas, si estĂĄn juntos mejor. No los quiero deambulando por aquĂ­, menos con los residentes, no parecen estar contentos.—nos comentĂł papĂĄ, este colocĂł su mano en el hombro de Aliana quien lo miro y sonriĂł.—Debo darte gracias señorita.—le dijo papĂĄ mirĂĄndola, mientras que yo detuve mi mirada a lo lejos, pues Ron estaba caminando cerca del ĂĄrea.

—¿Por quĂ©?—pregunto ella, mientras que observe cĂłmo Ron se sentĂł en el cĂ©sped.

—Me defendiste en la Ășltima reuniĂłn, hoy volviste hacerlo, es suficiente para darte las gracias.—Aliana sonriĂł, ella observaba a mi papĂĄ algo tĂ­mida, pues ambos se estaban acercando y abriendo ahora. Aliana asintiĂł.—Carl, ve a casa, hablarĂ© un momento con Aliana.—quede algo confuso ante lo que papĂĄ me pidiĂł, no me neguĂ©, estaba curioso y quise ir acercarme a Ron, no tarde en asentir ni siquiera les habĂ­a prestado atenciĂłn.

—Ron.—lo llame a lo lejos, observando cĂłmo este me miro, pero me evadiĂł... no estaba tan cerca que digamos. Mire atrĂĄs, observando cĂłmo Aliana y papĂĄ tomaban rumbo a otro lado, no entendĂ­a el por quĂ©, pero preferĂ­ ir hacia Ron.—¡Ron!—lo llame mĂĄs fuerte, notando como este en el suelo del cĂ©sped jugaba con una navaja. ParecĂ­a molesto.—Oye, ÂżestĂĄs bien?—le pregunte a Ă©l.

—¿Por quĂ© no lo estarĂ­a?—me pregunto a mi, mientras siguiĂł jugando con su navaja en el cĂ©sped.

—¿Has visto a Enid?—pregunte, mientras que este no me observo en lo absoluto.

—No desde que la vi contigo.—respondiĂł rĂĄpido, me acerquĂ© un poco mĂĄs a Ă©l y no quite mi mirada.

—Ella se fue, creo que se fue antes de que la horda llegara.—le comente, no estaba interesado amorosamente con esta chica, estaba preocupado como amigo... no quería que se mal interpretara.

—¿Y que no te hace pensar que esta muerta?—bufĂ©, era estĂșpido que pensara asĂ­ de ella, no veĂ­a interĂ©s en parte de este en querer ayudar.

—Oh vamos.—bufe nuevamente, viendo cĂłmo este se levantĂł del cĂ©sped con intenciones de irte.—Espera, irĂ© a buscarla. Creo que necesito tu ayuda.—lo detuve, necesitaba ayuda.

—No te ayudarĂ©, Carl.—dijo rĂĄpidamente, quedĂĄndose delante de mi y observĂĄndome, quede algo desconcertado.

—Esto no es por mi, es por Enid. Tu amiga.—comente, este tan solo rĂ­o y se quedĂł observĂĄndome, tambiĂ©n lo hacĂ­a.

—Mi novia, Âżo eso era lo que era?—me pregunto, notĂ© como aquĂ­ los papeles se confundieron pues estaban mal interpretĂĄndose las cosas.

—Amigo, no me mal interpretes. A mi me gusta Aliana y eso no cambiarĂĄ.—dije con total orgullo mientras reĂ­, era la verdad y notĂ© como Ron se mantuvo en silencio.—Necesita tu ayuda, Âżpretendes dejarla sola allĂĄ afuera?—le pregunte, este tan solo negĂł y se restregĂł la cara con su mano.

—Le dije que dejara de saltar el muro, que era estĂșpido y peligroso.—me comentĂł este, mirĂĄndome y explicĂĄndome al menos que intentaba de impedir que ella brincara el muro.

—No si sabes lo que estás haciendo.—dije, con intenciones de irme y dar por olvidado que le pedí ayuda.

—No dejare que salgas allá afuera, Carl, ¡Carl!—me miro, mientras que le di la espalda y ignore su llamado.—Carl, no irás allá afuera.—me volvió a decir, mientras que lo sentí detrás de mi... hasta que sentí su brazo agarrar el mío.

—¡AlĂ©jate de mi!—le grite, girando y empujĂĄndolo lejos de mi ante su tacto, vi como este se alejĂł de mĂ­ y me miro fulminante.

Se acercĂł a mi y sentĂ­ sus manos empujar mi pecho, alejĂĄndome de Ă©l. Alce una ceja y decidĂ­ empujarlo para atrĂĄs, ambos empezamos a forjar entre ambos, agarrando nuestros brazos y intentando de golpearnos aunque era un intento fallido y incĂłmodo. Tome fuerza y lo empuje, lo empuje tan fuerte que cayĂł al suelo algo adolorido, a lo que rĂĄpidamente observe como Ron se levantĂł y se dirigiĂł nuevamente a mi. Esperaba a que me empujara hasta que simplemente observe como los brazos de Aliana empujaron a Ron. Este se quedĂł algo desconcertado ante la actitud repentina de Aliana quedamos como estatuas ambos, sentimos el aire un poco tenso. Hasta que observĂ© cĂłmo Ron se acercĂł y con fuerza puso sus manos en el pecho de Aliana, la empujĂł y esta golpeĂł su espalda con mi cuerpo. Ambos gruñimos y no pude evitar molestarme ante el tacto de Ă©l hacia ella, vi como se quedĂł aislado de ambos. Él sabĂ­a que habĂ­a cruzado la lĂ­nea al empujarla a ella. Quede enfadado, tan enfadado que no evite querer acercarme a Ă©l, notando como tambiĂ©n lo hizo hasta que Aliana Johnson no tardo en sentirse aplastada por ambos.

—¡Chicos por Dios! ¡Si al menos van a golpearse háganlo bien!—grito esta, empujándome lejos de Ron.—Ya basta, Ron ya.—le pidió esta al ver cómo Ron se acercó a mi, Aliana tomó mi mano... la entrelazó y empezó a obligarme a caminar para alejarme de ahí.

—No permitirĂ© que salgas, no lo harĂĄs. Le dire a Rick.—escuche como este advirtiĂł, puedo jurar que tuve intenciones de querer girarme... pero no lo harĂ­a, simplemente observe en cĂłmo Aliana me llevaba arrastrado a mi casa.

—¿QuĂ© hablaste con mi papĂĄ?—pregunte, intentando de calmarme y olvidar el incĂłmodo momento que pase con Ron hace unos segundos, la chica a mi lado soltĂł mi mano y sonriĂł.

—Si estabas enamorado de mi, quizás debiste decírmelo.—quede perplejo a su respuesta, tanto que me quede quieto observándola a ella con ese rostro de felicidad y podía jurarles que sus ojos verdosos brillaban... ella tan solo se quedó delante de mi y ambos así nos quedamos.

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Observe a mi hermana estar aĂșn dormida, habĂ­a dormido toda la noche anterior. Ayer tambiĂ©n dormĂ­ lo suficiente, aunque papĂĄ habĂ­a advertido no hacer ruido, la comunidad pareciĂł ayer realmente un cementerio. Acomode mi sombrero en mi cabeza, saliendo de la habitaciĂłn de Judith y dejando la puerta media abierta. Baje las escaleras con suavidad, la casa estaba sola y vacĂ­a. Los demĂĄs no habĂ­an regresado, aĂșn no. Me sentĂ­a algo preocupado por todos ellos pues esperaba con ansias que regresaran, todos lo esperĂĄbamos. PapĂĄ estaba desde temprano en el puesto de vigilancia, incluso querĂ­a salir pero la horda estaba dirigida aquĂ­ y desde ayer en la noche se habĂ­an aumentado. AbrĂ­ la puerta principal, sintiendo la luz del sol alumbrarme en el rostro cuando camine con rapidez a la acera de mi casa, observando con claridad a Camila caminar junto a Tara, quien se veĂ­a mejorada. La chica y yo no mantenĂ­amos ningĂșn contacto, Ă©ramos como desconocidos. EvadĂ­ su mirada, pues ella no tardo en mirarme, asĂ­ que simplemente empecĂ© a caminar por la acera. Al seguir mi caminata notĂ© la casa de Maggie Greene vacĂ­a, la chica debĂ­a estar tambiĂ©n en el ĂĄrea de vigilancia esperando ver señal de Glenn Rhee.

PodĂ­a apostar que Aliana Johnson estaba con ella, la chica que ahora sabĂ­a que tenĂ­a sentimientos por ella, gracias a papĂĄ. No estaba molesto con Ă©l, claro que no lo estaba, podrĂ­a agradecerle por sacarme un peso de encima. SonreĂ­ ante eso, pues sabĂ­a que papĂĄ y Aliana entablarĂ­an una buena relaciĂłn, la chica ayer me habĂ­a contado muchas cosas de las que papĂĄ le habĂ­a hablado. SĂ© que ambos en un futuro tendrĂ­an una relaciĂłn mucho mĂĄs fuerte de la que tienen ahora, al igual que la mĂ­a con Michonne e incluso con la misma Maggie Greene. NotĂ© cerca del portĂłn a Natasha, la chica parecĂ­a caminar hacia mi y notĂ© a mi papĂĄ cerca de ella, este no tardo en mirarme. Deje mi mirada en Ă©l, viendo a Michonne a su lado y esperaba ver a Aliana tambiĂ©n, pero la chica no estaba cerca de ninguno de ellos. Fui caminando bajo el sol, hoy estaba pegajoso y la calor era del infierno. La comunidad se encontraba un poco silenciosa... lo Ășnico que se escuchaba con claridad eran los gruñidos de los caminantes. EmpecĂ© acercarme a Natasha, hasta que ambos estuvimos un lado del otro y esta choco los puños conmigo.

—¿CĂłmo estĂĄs?—le pregunte, saludĂĄndola y quedĂĄndome aĂșn lado de ella, observando a los residentes pasarnos por lado mientras que esta tenĂ­a un walkie-talkie en la mano.

—Bien, eso supongo, sin contar que llevo como doce horas sin dormir. Pues si estoy bien.—me respondió—¿Revisaste a Judith?—me pregunto y asentĂ­.—CrĂ©eme tambiĂ©n quise irme cuando vi a Ron querer disparar un arma con tu papĂĄ.—rio ella, pues hoy hace unas horas papĂĄ le daba clases de disparo a Ron y fue incĂłmodo.—AĂșn no hay noticia de ellos.—me comentĂł ella, en su rostro veĂ­a la preocupaciĂłn, de que estaba preocupada por todos pero sĂ© que estaba preocupada por Daryl Dixon.—Tu papĂĄ dijo que si no regresaban esperarĂ­an a que la horda se esparciera para salir y iniciar una bĂșsqueda, no han hecho ninguna señal.—añadiĂł, mirando aĂșn el walkie-talkie y buscando una lĂ­nea.

—VolverĂĄn, todos lo harĂĄn. SĂ© que Daryl volverĂĄ.—le dije, la anime y pude ver su rostro conformado con lo que le dije, aunque tenĂ­a duda de algo.—¿Como pasĂł? ÂżLo de ustedes?—pregunte curioso, nunca supuse que Daryl tuviera ese tipo de sentimiento para enamorarse de alguien, para enamorarse de alguien como Natasha... aunque ambos tenĂ­an una misma actitud, eran serios.

—Realmente no lo sĂ©.—sonriĂł ella, observĂĄndome.—Es como si te preguntara cĂłmo te enamoraste de mi hermana, Carl.—me respondiĂł, a lo que no evite sonreĂ­r tambiĂ©n.—Él me cuidaba... era algo misterioso conmigo, un dĂ­a lo besĂ© y le dije que sentĂ­a lo mismo. AsĂ­ es esto Carl, disfruta lo que la vida te pone, aunque la vida sea una mierda.—me dijo ella, sonriendo.

—Vamos, no te pongas cariñosa.—le dije, mientras que ella se acercĂł a mi y me abrazo sonriendo.

—SerĂ© franca, a penas me he acoplado. Empiezo a llevarme bien con las chicas, con Carol demasiado. Intento ahora mantener una comunicaciĂłn entre Maggie y Tara. Sasha y Rosita no mucho, no creo que concordemos en un buen tiempo, tenemos una actitud cortantes.—me empezĂł a charlar.—AsĂ­ que con quien mĂĄs pasĂł tiempo y con quien suelo hablar asĂ­ a cada rato es contigo, asĂ­ que eres mi amigo.—sonreĂ­ ante eso, pues antes no solĂ­a ser tan amistoso que digamos, era demasiado de cortante.—Mira, ahĂ­ estĂĄ Aliana.—ella señalĂł a otro punto, a lo que no tarde en observar a Aliana a lo lejos.

—Pienso que deberĂ­a aclararle todo.—le comente a Natasha, quien aĂșn jugaba con el walkie-talkie, esta me miro y asintiĂł.—Te admito que estoy nervioso.—sonreĂ­, observando cĂłmo Natasha me abriĂł pasĂł.

Me acomode el sombrero, observando a lo lejos como Aliana estaba detenida delante de los muros. Llevaba una coleta alta en su cabello, su cabello castaño. Llevaba una camisilla color crema que dejaba ver un poco de su piel , ella amaba ese color y unos mahones apretados azules claros con sus cinturones para guardar sus armas y navajas, la textura de esos cinturones eran de cuero. Tenía unas botas color negra, ella era totalmente hermosa. Sus ojos verdosos, sus pecas... yo podía hablar de lo hermosa que era esa chica, podía hablarlo todo el día. Pase por un lado de papå, este me asintió la cabeza pues mantenía una charla con Deanna la cual no quise interrumpir. Seguí caminando, viendo a la chica en el mismo punto, ella estaba delante de los muros y parecía estar pensativa... pues no cambiaba su mirada, ni siquiera hacía mi punto de vista. Seguí caminando, sin saber que le diría, pues ayer habíamos dejado una charla y una respuesta incierta. Me detuve, me detuve dispuesto a mirar atrås y supe que Aliana cambió su mirada ante ese grito de Maggie alertando a papå. Giré råpidamente viendo cómo Aliana tenía su vista puesta en mi, puesta en Maggie a quien no tarde en mirad y ella corría hacia acå, solo mencionaba una cosa y era el nombre de Glenn Rhee. Todos miraron el cielo ante sus señas y pudimos ser testigos de cómo esos globos verdes pasaban por encima de la comunidad.

Aunque todo parecĂ­a lleno de esperanza al captar todos la alerta, el rugido estruendoso que provino de la Torre de vigilancia alertĂł a todos y a cada uno de nosotros. Pude ver el rostro de horror que papĂĄ puso, incluso como Maggie empezĂł a alejarse, me quede quieto, observando no tan lejos de mi a Ron Anderson observar con horror y escuchar el gran ruido que provocĂł la torre de vigilancia. Los gritos de papĂĄ, los gritos de los residentes se mezclaron ante ver cĂłmo la torre empezaba a inclinarse hacia los muros, hacia la comunidad. Quede quieto ante el miedo, sentĂ­ mis brazos tensaras y como me prohibieron moverse, hasta que papĂĄ me grito y empecĂ© a ver cĂłmo todos empezaban a correr, el pĂĄnico se habĂ­a desatado. Simplemente observe como Aliana delante de mi se cayo, al igual que yo ante el gran estruendo que hizo la torre contra los muros tambaleando todo. Mi vista se tornĂł borrosa y mi audiciĂłn horrible ante el gran ruido que eso provocĂł, solo escuchaba a lo lejos el grito de papĂĄ, los gritos de los residentes y veĂ­a a penas por el polvo a Aliana Johnson tirada en el suelo aĂșn lado de la acera algo adolorida por la gran sacudida que habĂ­a hecho la torre. No habĂ­a nada peor que la torre se cayera hasta que los gruñidos empezaron a resonar en mis oĂ­dos, los caminantes habĂ­an entrado.

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