Sin salida.
âââ
Mi rostro sentĂa el grueso cĂ©sped raspar mi mejilla con delicadeza, mi cuerpo estaba aĂșn tirado en el suelo por el gran impacto que habĂa hecho la torre contra los muros, todo tambaleo en unos segundos. SentĂa mi cuerpo tenso, era tanta la tensiĂłn que me prohibĂa poder levantarme, incluso aĂșn sentĂa un pitido resonar en mi oĂdo permitiĂ©ndome escuchar las voces que me llamaban con claridad. EmpecĂ© a levantarme, sintiendo mis ojos nublados por la gran cantidad de polvo que aĂșn no se habĂa esparcido. RestreguĂ© mis ojos una y otra vez, recogĂ mi sombrero que estaba tirado en el suelo y no tarde en colocĂĄrmelo en la cabeza. Lleve mis manos a mis cinturones, mi arma y mi navaja estaban ahĂ aĂșn. El gran pitido que resonaba en mis tĂmpanos logrĂł llevarme a la realidad de los gritos y el pĂĄnico que se habĂa vuelto la comunidad, pues los gruñidos y ese olor se habĂan echo presente dentro de nuestro hogar.
El olor a muerto invadiĂł mis fosas nasales tanto que sentĂ mi estomago revolcarse y no fue hasta cuando girĂ© mi cuerpo que vi la gran cantidad de ellos que empezaban a adentrarse, veĂa a papĂĄ empezar a alentar a la gente a correr y como Ă©l, con la navaja que tenĂa de siempre, empezaba a incrustarlas en los crĂĄneos podridos de los caminantes pero este solo rematĂł cinco y emprendiĂł corrida tambiĂ©n. AhĂ llegue a la realidad que debĂa buscar a Judith antes de que Ă©l caos se volviera peor. HabĂa observado que delante de mi, Ron Anderson ya se habĂa echado a correr en la direcciĂłn en donde los residentes empezaron a correr de igual forma, hasta que empecĂ© a buscar con la vista a Aliana, ella no estaba cerca de mi y antes de que el muro cayera ella estaba delante de mi. La idea de que ella no estuviera cerca de mi, me tense mĂĄs de lo que podĂa estar, mis vellos estaban erizados. Con mi respiraciĂłn agitada empecĂ© a correr, pasĂĄndole por el lado a varios residentes que empezaban a encerrarse en sus casas, incluso observĂ© cĂłmo cerraban las cortinas y no tardĂ© con rapidez en sacar mi arma.
AhĂ fue cuando la observĂ©, ahĂ estaba Aliana, ella estaba algo pĂ©rdida pero pude observar cĂłmo alentaba a los residentes a correr lejos... igual que papĂĄ lo hacĂa, ella estaba ayudando a papĂĄ a protegerlos. No tarde en acercarme a ella pues era hora de que nosotros nos protegiĂ©ramos, debĂamos buscar a Judith, ahora realmente debĂamos formar el plan para salir de esta terrible pesadilla sin salida. Agarre su brazo con fuerza y ella me observo, me observo con un toque de felicidad al verme pero no habĂa tiempo para eso. Me habĂa percatado en la abertura que tenĂa arriba de la ceja, pues le salĂa cantidad de sangre y estaba esparcida porque mitad de su rostro. Agarre su brazo y la obligue a correr conmigo, observando asĂ el caos y como los caminantes ya empezaban a esparcirse por acĂĄ, pues habĂan varios empezando a hacer escĂĄndalos. SentĂa mis gotas de sudor bajar por mi frente y como mi cuerpo se acaloraba, pero todos parecĂamos encontrarnos en cierto punto, pues Michonne habĂa aparecido de nuestro lado con Ron y Gabriel, quienes corrĂan a la misma direcciĂłn que nosotros. ObservĂ© tambiĂ©n como papĂĄ habĂa llegado a nuestro lado, dirigiendo una mirada a mi y sabia que agradecĂa porque yo estuviera aquĂ pero lo peor de todos es que Ă©l agarraba a Deanna. Le estaba ayudando a correr pues una gran mancha de sangre estaba en su camisa.
âÂĄRick! ÂĄRick por aquĂ! ÂĄTengo a Judith!âun tiro resonĂł y una voz tambiĂ©n, alertĂĄndonos y llenĂĄndome de tranquilidad ante el nombramiento de mi hermana. Pues Jessie Anderson apareciĂł en medio de la nada en su balcĂłn alterĂĄndonos que entrĂĄramos.
âÂĄVamos corran!ânos pidiĂł papĂĄ agitado, este no tardo en avanzar al igual que nosotros y yo no tarde en correr a la entrada de la casa de Jessie, hasta que pude entrar al suelo y caĂ al suelo ante mis piernas flaquear de tanto correr.âNecesita una cama, bloqueen la entrada con los sofĂĄ.âalertĂł papĂĄ con suma rapidez.
âCarl, vamos ayĂșdame.âme pidiĂł Michonne quien junto a Gabriel y Ron empezaron a mover los sofĂĄ para la puerta de entrada, mientras que la claridad se fue un poco, Aliana Johnson habĂa cerrado las cortinas.
âNo vi a Maggie, tampoco a Natasha.âAliana estaba nerviosa, mientras que observĂ© cĂłmo ella aĂșn tenĂa su rostro lleno de sangre, aunque me enfoquĂ© mĂĄs en empujar los sofĂĄ con los hombres.âNi a Rosita, ni a los demĂĄs. Carol mucho menos.âestaba agitada, tanto que Michonne se acercĂł a ella sosteniĂ©ndola y sacudiĂ©ndola con delicadeza.
âEy, necesitamos que todos estemos tranquilos para salir de aquĂ y buscarlos.âle pidiĂł Michonne con pasividad.âIrĂ© arriba a revisar a Judith y ver en que puedo ayudar a Deanna, quĂ©dense aquĂ. Gabriel, puedes venir, hay que ayudar.âdijo esta, subiendo las escaleras de la casa de Jessie Anderson, incluso Ron prefiriĂł subir y la chica junto a mi, quedo sola.
âOye, van estar bien.âdije, acercĂĄndome a ella, estĂĄbamos bastante cerca, mientras que veĂa como Ă©l lĂquido rojo empezaba a secarse en su piel. Lleve mis brazos a su espalda, abrazĂĄndola con delicadeza y sintiendo su cuerpo temblar, sabia lo asustada que podĂa estar.
âTengo miedo, Carl, tengo miedo.âsentĂ sus brazos rodear mi espalda tambiĂ©n y como ella me abrazaba con fuerza, debĂa admitir que tambiĂ©n tenĂa miedo.âMaggie estĂĄ embarazada... no quiero que le pase algo.âdijo ella, poco a poco fui separĂĄndome de ella pues era una gran noticia que se habĂa rebalsa en un mal momento. Le asentĂ, llevando mis manos a sus mejillas y acariciĂĄndolas mientras observa las pecas que no estaban tapadas de sangre.
âAliana, no voy a dejar que nada te pase...
HabĂan sido las palabras mĂĄs sinceras que pude haberle dicho a alguien, sentĂa el miedo de querer que a ella no le pasara nada, sentĂa ese nerviosismo de que me explicaran que ella habĂa muerto o que algo le habĂa pasado y saber cĂłmo no manejarlo si me pasara, me torturarĂa. Me habĂa acostumbrado a ver su rostro, a ver esos ojos verdosos, yo me habĂa acostumbrado a esas pecas que lucĂan al natural bajo la luz del sol. En mi dĂa se necesitaba escuchar la voz de ella, se necesitaba escuchar la risa de felicidad que hace mucho ella no demostraba. Era cierto que el amor no llegaba en orden, pero siempre habrĂa uno que te marcarĂa y podĂa jurar que yo querĂa que fuera esta chica que estaba delante de mi que me marcara por el resto de mis vidas, yo querĂa a Aliana. Sus ojos verdosos me observaban, ambos aĂșn calmĂĄndonos por la situaciĂłn ocurrida allĂĄ afuera nos encontrĂĄbamos bastante cerca y no podĂa evitar sentirme nervioso. Acariciaba sus mejillas y en un intento de acercarla habĂa perdido el miedo hasta que sentĂ el sabor de sus labios carnosos en los mĂos.
Fueron miles de sensaciones que pude sentir en ese instante, no era mi primer beso, pero ese beso habĂa sido totalmente mĂĄgico como si realmente lo necesitara. SentĂ como sus labios se despegaron del mĂo, como nuestras narices se rozaban ante aĂșn estar cerca y habĂa sido suficiente esa cercanĂa para que nuestros labios volvieran a rozarse de una forma tan delicada. SentĂa esas mariposas dentro de mi querer explotar de tantas emociones que sentĂ en ese instante, pues mis manos aĂșn acariciaban sus mejillas y ella habĂa llevado las suyas a mi cabello, acariciĂĄndolo y provocando un momento lleno de desastre a uno lleno de esperanza para salir de todo esto y disfrutar el comienzo de esta historia. Aunque mis pensamientos se habĂan esfumado ante un ruido en las escaleras, ambos no tardamos en separarnos bruscamente observando a nada mĂĄs y nada menos que Rick Grimes mirarnos un poco sonriente pues Ă©l maldijo varias veces ante la caĂda de su pistola en el suelo de madera que provenĂa de las escaleras, habĂa arruinado un buen momento.
âIrĂ© a revisar a Judith, verĂ© tambiĂ©n en que puedo ayudar con Deanna.ânos aviso Aliana, quien querĂa salir de ese terrible sonrojo que tenĂa en su rostro. Aunque papĂĄ, no le permitiĂł subir.
âNo.ânos dijo Ă©l con la cabeza baja y algo entristecido.âDeanna fue mordida.ânos comentĂł, esa frase para mĂ era la peor que podĂa escuchar y creo que jamĂĄs quisiera que alguien sintiera esa sensaciĂłn si yo fuera Ă©l que estarĂa mordido.âTengo un plan pero aĂșn no lo tengo tan resuelto en mi cabeza. Quiero llegar a los autos, irnos y llevarnos a los que encontremos pero no quiero dejar a nadie.âpapĂĄ hablo, observĂĄndonos a ambos.
âMaggie y Natasha, Rick los demĂĄs aĂșn estĂĄn allĂĄ afuera y sin contar a los que aĂșn no han llegado.âAliana se dirigiĂł a papĂĄ, pues esta no dejaba de ver por la ventana esperando una señal de su hermana o al menos de Maggie Greene.âNo podemos dejarlos.âpidiĂł esta, mientras que observĂ© cĂłmo Ron Anderson bajo las escaleras con rapidez, ignorĂĄndonos a todos y metiĂ©ndose al garaje. QuedĂ© curioso.âÂżCĂłmo se supone que salgamos de acĂĄ? Esto es un caos.âhablaba Aliana, algo paranoica.
âVengan, veamos que ha sucedido, debo ir a chequear a Judith.âpapĂĄ nos pidiĂł que nos fuĂ©ramos con Ă©l, aunque neguĂ© y observĂ© cĂłmo Aliana dudo, yo no tarde en asomarme por la puerta de garaje de la casa de Ron. ObservĂĄndolo solo y tirado encima de un escritorio de herramientas.
âÂżEstas bien?âpregunte, mientras que cerrĂ© la puerta a mis espaldas y Ă©l parecĂa estar realmente pensativo.
âEnid estĂĄ muerta... todos lo estamos.âme respondiĂł, aun tirado en el escritorio.
âMi papĂĄ pensarĂĄ en algo, siempre lo hace.ârespondĂ, observando cĂłmo Ron con un terrible aspecto se levantĂł de encima del escritorio, estaba sudado y me miraba firmemente. Se acercĂł a mi.
âNo mientas, solo harĂĄ que mueran mĂĄs personas. Eso es lo que hace, eso es lo que es... un asesino.âĂ©l estaba parado justo delante de mi, observĂĄndome fulminante mientras que sus lĂĄgrimas bajaban por sus mejillas, me habĂa ofendido.
âTĂș padre lo era tambiĂ©n.âhabĂa sido el comentario mĂĄs doloroso que pude haberle dicho, su rostro lo demostrĂł y mĂĄs sus acciones al alejarse de mi sin saber que decirme.âVamos a estar bien.âsuspire, observando afuera de la puerta de cristal como los caminantes pasaban.
âTĂș padre... tu hermana, Michonne, Aliana y tĂș tambiĂ©n morirĂĄn.âsusurro, mientras que observĂ© cĂłmo este cerrĂł la puerta con llave, la puerta que nos llevaba a la sala de estar habĂa sido cerrada.
ObservĂ© cĂłmo se guardo las llaves en sus bolsillos y no tarde en actuar hasta que vi cĂłmo quiso sacar un arma de su bolsillo trasero. Me movĂ con rapidez, empujĂĄndolo a la puerta hasta que ambos caĂmos, chocando con la estanterĂa de herramientas y cayendo al suelo. SentĂ mi piel erizarse, tambiĂ©n un tipo de adrenalina que me permitiĂł levantarme con una rapidez, obteniendo ventaja hasta que estĂ© con una pala se me adelantĂł. SentĂa mi corazĂłn bombardear, pues colocĂł con suma fuerza el palo en mi cuello luego de haber rompiĂł la ventana de cristal que provenĂa de la puerta ante un intento fallido de darme con la pala. Los gritos se alarmaron afuera de la sala de estar, mĂĄs cuando empecĂ© a escuchar a papĂĄ nombrarme y me sentĂ desesperado ante el tacto de los caminantes en mi camisa. Empuje a Ron, alejĂĄndolo completamente de mi y levantando la estanterĂa para bloquear la puerta de cristal, aunque papĂĄ me habĂa alertado y no tarde en ver cĂłmo este abriĂł la puerta que nos dirigirĂa a la sala de estar.
âÂĄCarl!âObservĂ© el rostro rojizo de Aliana y cĂłmo estĂĄ fue la primera en jalarme hacĂa adentro, para luego cerrar la puerta con fuerza y brusquedad con Jessie, y Ron quien estaba algo nervioso aĂșn.
âÂĄMuĂ©vanse!âobservĂ© cĂłmo papĂĄ empujĂł un sofĂĄ hacia la puerta, los caminantes querĂan entrar, pero este no tardĂł en bloquearla ya que Ă©l mismo habĂa roto la cerradura para yo poder salir.âÂĄÂżQuĂ© fue eso?!âme pregunto este mismo cuando llego a mi lado, para ayudar a las chicas a empujar la puerta.
âSe nos cayeron las estanterĂas, solo eso.âdije algo agitado, mientras que observĂ© cĂłmo Ron me miraba dudoso, pues papĂĄ no se iba a creer el cuento.âBuscarĂ© mĂĄs sofĂĄs, deben haber mĂĄs.âdije, observando cĂłmo Ron me llamo y me señalĂł una habitaciĂłn, no tarde en dejarle el peso a los demĂĄs observando en si cĂłmo los verdosos ojos de Aliana captaron mi movida.
âCarl, escucha... âfue lo primero que Ron me dijo al entrar a la habitaciĂłn, la cual habĂan dos sofĂĄs. CerrĂ© la puerta sigilosamente y no tarde en sacar mi arma de mi estuche, quitando el seguro y observando cĂłmo Ron lleno de sudor, me mirĂł asombrado ante mi acciĂłn.
âDame el arma primero.âle pedĂ con firmeza, observando a este quieto sin hacer ninguna movida, Ă©l estaba temblando.
âCarl, lo siento.âme pidiĂł, aunque fue una disculpa cĂnica, pues Ă©l habĂa intentando de matarme y luego se disculpa.
âSi, lo sĂ©, ahora dame el arma.âle pedĂ, olvidando por completo sus disculpas, yo no iba a matarlo no me ensuciarĂa las manos. Este se acercĂł a mi, dĂĄndome el arma y no tarde en guardar las dos armas que tenĂa en ambas manos.âEscucha amigo, lo entiendo, mi papĂĄ mato a tu papĂĄ. Pero debes saber algo, tu papĂĄ era un idiota.âdije, observando cĂłmo Ron bajo la cabeza y no tarde en salir de esa habitaciĂłn que parecĂa un estudio, cruzĂĄndome con una melena que conocĂa.âÂżCamila?âdije dudoso, este giro su rostro y me observo, aunque habĂa sido incomoda ella pareciĂł molesta ante mi presencia, tenĂa sĂĄbanas blancas en sus manos.âNo sabia que estabas aquĂ, Âżque es eso?âpregunte.
âAliana creĂł un plan para salir de aquĂ, usaremos sĂĄbanas blancas, Rick dijo que las llenaremos de viseras de caminantes, el olor se mezclarĂĄ y no podrĂĄn distinguirnos. Cruzaremos toda esa horda, Rick dijo que irĂamos a las autos de la cantera y volverĂamos cuando todo estuviera calmado o quizĂĄs los desviĂĄbamos, volvĂamos y matĂĄbamos a los que podĂamos, pero primero hay que salir.âme explico, mientras que asentĂ.âPero Deanna decidiĂł quedarse, ella esta herida y mordida, solo iremos nosotros...
El transcurso del dĂa habĂa pasado con rapidez, el plan se llevaba a cabo en este instante. Todos nos encontrĂĄbamos afuera siendo presas fĂĄciles de los caminantes, dejando atrĂĄs a Deanna y llevando a cabo las Ăłrdenes que papĂĄ habĂa pedido en dirigirnos a los autos. Mi mano estaba siendo apretada fuertemente por Aliana Johnson, quien estaba delante de mi con una sĂĄbana cubierta de viseras de caminantes. El olor era sofocante, mientras que mi mano libre apretaba con fuerza a Judith para que no se cayera y temĂa a que esta estallara en llanto. Todos estĂĄbamos en una fila lĂnea, asĂ habĂamos salido de la casa de Jessie Anderson dejando a Deanna Monroe atrĂĄs. Era una enorme cantidad de caminantes a los que estĂĄbamos pasĂĄndole por el lado, pues el plan de Aliana y papĂĄ habĂa funcionado lo suficiente para que no distinguieran quĂ© no Ă©ramos uno de ellos. Delante de mi, podĂa observar a Aliana cubierta de todas esas viseras... de esas tripas de caminantes y como ella parecĂa estar disgustada con todo eso. Ella habĂa aguantada de papĂĄ, quien iba frente a ella. No podĂa negar que mi corazĂłn bombardeaba con fuerza y que incluso mi respiraciĂłn estaba un poco agitada, esto era lo mĂĄs arriesgado que podĂa hacer en este transcurso.
Aliana se girĂł un poco, chocando con mi vista, sus ojos verdosos me observaban y aun ella tenĂa su rostro lleno de esa sangre seca y su abertura aĂșn abierta. Me miro tan preocupada que sabia que tenĂa miedo, apretĂ© su mano y le asentĂ, esta asintiĂł girando su rostro mientras que me apretĂł la mano tambiĂ©n, captando el mensaje que le habĂa querido transmitir. Empezamos a movernos, esto parecĂa un desierto, y no de forma que no hubiese nada porque los caminantes estaban con nosotros pero no habĂa nadie afuera que pudiera estar haciendo la misma locura. No habĂa señales ni siquiera de Morgan, mucho menos de Carol y ni siquiera podĂa menciona a Maggie Greene. Desde este perĂmetro no sea veĂa ninguno de los de nosotros, pues para ser claros estĂĄbamos siempre divididos aunque estuviĂ©ramos mezclados, siempre Ăbamos a ser el grupo de Rick Grimes. SentĂ como empezĂĄbamos a disminuir el paso y mĂĄs cuando llegamos aĂșn lado del estanque de agua, deteniĂ©ndonos y soltĂĄndonos las manos.
âCambio de planes, no iremos por los autos, tenemos pocas armas. Debemos ir a la armerĂa, buscar las armas suficientes para luchar. Iremos luego a los autos de la cantera y los desviaremos, volvemos y luchamos con los pocos que puedan quedar. Pero debe ser hoy.âpapĂĄ hablo en un tono bajo, mientras que los demĂĄs asentimos ante su cambio de plan.
âNo creo que Judith pueda aguantar hasta la cantera Rick... âsusurro Jessie aĂșn lado de nosotros, hablo en voz baja y no tardo en referirse a mi hermana quien estaba debajo de mi. PapĂĄ dudo y supo que lo que ella decĂa era cierto.
âPuedo llevarla a mi Iglesia, mantenerla a salvo allĂ.âla opiniĂłn de Gabriel resonĂł entre la conversaciĂłn de tono bajo que habĂamos creado para que los caminantes no se dieran cuenta de nuestra presencia. Fue ahĂ, cuando la noche ya empezaba a caer y las horas, pasaban.
Suspire, suspire lleno de cansancio mientras presenciaba la luna y las estrellas en esta noche de terror. SentĂa mi mano resbalar del sudor, de los nervios y de la tensiĂłn ante la oscuridad arroparnos. HacĂa frĂo y nos encontrĂĄbamos aĂșn buscando una forma de salir de AlexandrĂa pero los caminantes cada vez eran mĂĄs, era como si no se acabaran. Sus pieles cubiertas de sus viseras rozaban mis sĂĄbanas, se sentĂa asqueroso, tenĂa nauseas desde hace un buen rato pero seguĂa caminando. Ăbamos a un peso de lentitud, cuando intentamos de avanzar tuvimos que detenernos ante ver a los caminantes estar muy cerca de nosotros. Rogaba que mi hermana haya llegado sana y salva a la iglesia de Gabriel, solo eso rogaba en este transcurso. SeguĂamos en fila, sin haber visto aĂșn a ninguno de nuestro equipo, mientras que delante de mi se encontraba Aliana. Esta tenĂa su mano igual de sudada que la mĂa, pero no nos las soltĂĄbamos por nada del mundo. PodĂa jurar que aĂșn sentĂa su tacto labial en los mĂos aunque haya pasado rato. SeguĂamos en la caminata hasta que simplemente mi piel se erizĂł al ver cĂłmo Aliana se detuvo delante de mi, con Jessie aĂșn lado detenido, quien miraba a su equipo hijo con preocupaciĂłn.
âSam, vamos... âsusurraba ella, veĂa al pequeño estar en un tipo de transe, Ă©l no continuaba con la caminata; estaba asustado.âSam.âlo volviĂł a llamar Jessie, intentando de insistir pero el chico se negaba.
âNo puedo hacerlo... âsusurro el chico en un tono bajo, mientras que papĂĄ y Aliana intentaban de alentarlo, pero no sucedĂa nada.
En ese instante, me percatĂ© en cĂłmo esos dos caminantes se le abalanzaron encima a Ă©l... habĂa sido la imagen mĂĄs desastrosa que mis ojos habĂan podido ver en esta noche. Vi como la sangre de Sam salpicaba en la boca de los caminantes, mientras que los gritos de Jessie se hicieron audibles. Todo estaba lento en mi campo visual, podĂa ver la pesadilla viviente que Jessie y Ron estaban viviendo. En sus rostros se veĂa el transe de intentar procesar lo que sucedĂa, lo que todos veĂamos con horror. Fije mi mirada en cĂłmo Aliana negaba mirando hacia abajo y con sus ojos cerrados, como si deseara que esto no estuviera pasando, todos lo deseĂĄbamos. Justamente mientras los gritos de Sam empezaban a ser audibles, el terror de esta noche aĂșn no acababa. Me habĂa percatado en cĂłmo los caminantes se acercaban a nosotros, esa de sanciĂłn de que algo pasarĂa no me dejaba quedarme tranquilo, mis manos temblaban y mi piel estaba erizada mientras era testigo en cĂłmo Jessie estaba aturdida delante de su hijo menor quien estaba siendo devorado por los caminantes. Ella gritaba y sollozaba, moviĂ©ndose lentamente, mientras que su mano agarraba a Aliana y estĂĄ con desesperaciĂłn la alentaba a continuar.
La frĂa noche sangrienta no parecĂa acabar, justamente mis ojos presenciaron aquel momento en que los caminantes se aferraron a la espalda de Jessie, arrebatĂĄndole la vida
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