ᴺᵘᵉˢᵗʳᵒ ᴾᵃʳᵃíˢᵒ ᴾᵉʳˢᵒⁿᵃˡ

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emoción.

Draco miró a la mujer y luego a Teddy con una expresión de fingida seriedad, aunque sus ojos reflejaban cariño.

—Sí, pero solo si recuerdas compartir, ¿de acuerdo? —le revolvió el cabello, provocando una risa en su hijo.

—¡Bien! —respondió Teddy, contento.

En ese instante, el silbato del tren resonó por toda la estación, llenando el andén de un sentimiento de urgencia y emoción. Teddy, de repente, bajó la mirada; el tono rubio de su cabello se volvió más opaco, reflejando la pequeña duda que lo invadía.

—¿Y si...? —empezó a decir, con la voz más baja—. ¿Y si no soy un Slytherin o Gryffindor como ustedes?

Harry y Draco intercambiaron una mirada breve pero llena de entendimiento. Harry se inclinó hacia él —algo más fácil para él que para Draco, dado que este último estaba ligeramente limitado por su vientre, donde una nueva vida crecía en secreto— y le acarició la mejilla con ternura.

—Oye, pequeño... a nosotros no nos importa si eres Slytherin o Gryffindor —le dijo, con esa voz cálida y sincera que siempre usaba cuando quería calmarlo—. El sombrero sabrá por qué te pone en esa casa, y será porque eres único, tal como eres. No importa si te pareces a nosotros o no, eso no cambia nada.

Draco sonrió y añadió con su toque característico.

—Hufflepuff o Slytherin, eso no nos importa —le aseguró—. Eres un Potter-Malfoy, y manipular es lo que hacemos, al final siempre nos sale a favor.

Harry frunció el ceño, pero no pudo evitar reír.

—Draco... —murmuró, divertido.

Draco ignoró la advertencia y continuó, acariciando la mejilla de Teddy.

—Así que, sin importar en qué casa estés, al final tú siempre saldrás ganando —dijo con confianza—, porque en esta familia nos detenemos por nada para conseguir lo que queremos. Astutos y valientes, pero sobre todo... especiales.

Teddy los miró a ambos, asimilando sus palabras y sintiéndose mucho más tranquilo. Los rodeó con sus brazos, abrazándolos a ambos.

—Los amo, papás —murmuró contra sus hombros.

Harry le devolvió el abrazo, apretándolo con fuerza, mientras Draco, algo más delicado, le acariciaba la espalda.

—Y nosotros a ti, pequeño —susurró Harry.

—Te amamos, mocoso —sonrió Draco, dándole un beso en la frente.

Con un último vistazo y una sonrisa llena de emoción, Teddy subió al tren. Desde la ventanilla, les hacía señas con la mano, sonriendo mientras ellos, parados en el andén, le devolvían el saludo. Cuando el tren comenzó a moverse, Draco y Harry siguieron agitándole la mano hasta que se perdió en la distancia, llevándose con él parte de sus corazones.

























































































En una tranquila mañana en la mansión, un niño de siete años con el cabello rubio platinado y ojos verdes llenos de chispa corrió por los pasillos, cruzando cada rincón hasta llegar al amplio patio trasero. Allí, escudriñó el lugar con la mirada hasta divisar el árbol donde su hermana menor jugaba.

—¡Lily! ¡Baja a comer! —gritó con su voz clara y enérgica, levantando la vista hacia la casita de madera en lo alto del árbol.

Una pequeña de cinco años, con una cabellera rojiza que contrastaba con sus brillantes ojos grises, se asomó desde arriba.

—¡Ya voy! —respondió, riendo, y rápidamente comenzó a bajar las escaleras de madera. Al llegar al último peldaño, dio un salto grande, y unas hojas mágicas la sostuvieron suavemente, permitiéndole aterrizar sin problema. Scorpius le extendió la mano con caballerosidad, y ella la tomó con una sonrisa.

Juntos caminaron hacia la casa, donde Draco los esperaba en la entrada.

—Scorp, ¿puedes decirle a Albus que baje, por favor? —pidió con una sonrisa divertida.

—¡Sí, papi! —respondió el niño, y tras ayudar a su hermanita a subir a su silla, corrió hacia las escaleras, justo cuando Teddy, ya de diecisiete años, bajaba acomodándose el cabello azul.

—¿Ya te vas? —le preguntó Scorpius con curiosidad.

—Sí, tengo que ir a ver a Victoire —contestó Teddy con una sonrisa.

—Claro... tu novia que no es tu novia, pero que sí lo es —dijo Scorpius, cruzando los brazos en gesto dramático.

Teddy rodó los ojos con resignación.

—Aún no es oficial, enano.

Scorpius le dirigió una mirada de hermano pequeño que, a su edad, ya tenía mucho de irónica.

—Pues ya te estás tardando. Si yo fuera ella, te diría que no. Además, si un animal dice "miau" y come Whiskas, ¿qué es? ¿Un perro? Ustedes se agarran de la mano, salen juntos, y... —hizo una mueca de asco— se dan besitos. ¿Y dices que son amigos? Por eso quedaste en Hufflepuff.

Teddy se detuvo y le dirigió una ceja arqueada.

—¿Eres mi hermano o mi crítico más grande?

—¿Acaso hay alguna diferencia? —replicó Scorpius encogiéndose de hombros, luego subió las escaleras con aire satisfecho.

Teddy negó con la cabeza, sonriendo, antes de salir por la puerta con una despedida rápida. En ese momento, Harry apareció con una bebé en brazos, la pequeña Cissy, y notó la rapidez con la que su hijo iba escaleras arriba.

—¿Por qué tanta prisa, corazón? —le preguntó con una sonrisa.

—Papá me dijo que llame a Albus —explicó Scorpius, haciendo un puchero teatral.

—Buena suerte entonces. Ojalá logres sacarlo de su libro —bromeó Harry.

—Oh, ya sé cómo hacerlo —Scorpius esbozó una sonrisa maliciosa—. Amenazo con romper su libro favorito y ya.

Harry lo miró con sorpresa, con una mezcla de orgullo y desconcierto. ¿Ese niño era suyo? Parecía que Draco se había hecho su propio clon de no ser por los brillantes ojos verdes que le había heredado.

—Bueno... yo llevaré a Cissy a la cocina —Harry sonrió y miró a su pequeña hija en brazos.

—Está bien, nos vemos ahorita —se despidió el niño, que salió disparado hacia una de las habitaciones.

Mientras Harry caminaba con Cissy en brazos, murmuró con una sonrisa traviesa.

—Cissy, no seas como tu papá Draco.

—¿Por qué no? —preguntó Draco, apareciendo en las escaleras, con los brazos cruzados.

Harry se tensó y le sonrió con nerviosismo.

—Bueno... sería demasiada belleza en la familia; me sentiré fuera de lugar —dijo con una sonrisa encantadora.

Draco lo miró con ojos entrecerrados, señalándolo con advertencia.

—Más te vale, Potter —le respondió, antes de girarse para subir las escaleras hacia su cuarto.

—Por eso no seas como él —susurró Harry en tono de broma, mirando a su hija, quien gorgojeaba divertida.

—¿Qué dijiste? —se escuchó la voz de Draco desde el pasillo.

—Nada —contestó Harry rápidamente, bajando las escaleras antes de que Draco pudiera seguir con su amenaza.

Albus salió de la habitación con una mirada de desagrado cuando vio a Scorpius apuntando su varita al preciado libro que estaba leyendo.

—Está bien, ya voy —murmuró Albus, rodando los ojos y empezando a bajar las escaleras.

Draco, que observaba la escena desde el pasillo, dejó escapar una sonrisa cómplice al ver la forma en que sus hijos interactuaban.

—A esa edad son terribles —comentó para sí mismo antes de bajar también.

Con una sonrisa de satisfacción, Scorpius guardó la varita y soltó el libro de su hermano. Luego, se miró las manos y, como si cumpliera con un ritual propio, rodó los ojos antes de dirigirse al baño para lavarse las manos. Frente al espejo, peinó su cabello rubio con gel hasta que quedó tan prolijo como el de su papá Draco, sonriendo con aire de autocomplacencia. Miró su reflejo una vez más, con una expresión de satisfacción y un toque de travesura, y pareció dirigirle una última mirada al lector, como si le compartiera un secreto.

—Travesura realizada.



























































































































































































–𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑'𝐒 𝐍𝐎𝐓𝐄

ᴀ ᴄᴀᴅᴀ ᴜɴᴏ ᴅᴇ ᴜꜱᴛᴇᴅᴇꜱ, ʟᴇᴄᴛᴏʀᴇꜱ ʏ ᴀᴄᴏᴍᴘᴀÑᴀɴᴛᴇꜱ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴀ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ, ʟᴇꜱ ᴇxᴛɪᴇɴᴅᴏ ᴍɪ ᴍÁꜱ ꜱɪɴᴄᴇʀᴏ ᴀɢʀᴀᴅᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏ. ¡ʜᴇᴍᴏꜱ ʟʟᴇɢᴀᴅᴏ ᴀʟ ꜰɪɴᴀʟ! ᴇꜱᴛᴇ ᴠɪᴀᴊᴇ ʜᴀ ᴇꜱᴛᴀᴅᴏ ʟʟᴇɴᴏ ᴅᴇ ᴇᴍᴏᴄɪᴏɴᴇꜱ: ʀᴇÍᴍᴏꜱ, ʟʟᴏʀᴀᴍᴏꜱ, ᴇɴꜰʀᴇɴᴛᴀᴍᴏꜱ ʟᴏꜱ ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏꜱ ᴅɪꜰÍᴄɪʟᴇꜱ ʏ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴍᴏꜱ ʟᴏꜱ ꜰᴇʟɪᴄᴇꜱ, ᴛᴏᴅᴏ ᴘᴀʀᴀ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀʀɴᴏꜱ ᴇɴ ᴇꜱᴛᴇ ᴘᴜɴᴛᴏ ᴄᴜʟᴍɪɴᴀɴᴛᴇ.

ʟᴏ Qᴜᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴢÓ ᴄᴏᴍᴏ ᴜɴᴀ ꜱɪᴍᴘʟᴇ ɪᴅᴇᴀ ꜱᴇ ᴛʀᴀɴꜱꜰᴏʀᴍÓ ᴇɴ ᴀʟɢᴏ ᴇxᴛʀᴀᴏʀᴅɪɴᴀʀɪᴏ, ʟʟᴇɢᴀɴᴅᴏ ᴀ ᴏᴄᴜᴘᴀʀ ᴜɴ ʟᴜɢᴀʀ ᴇꜱᴘᴇᴄɪᴀʟ ᴇɴᴛʀᴇ ᴍɪꜱ ᴄʀᴇᴀᴄɪᴏɴᴇꜱ ʏ ᴇɴ ꜱᴜꜱ ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴᴇꜱ, ᴘᴏʀ ʟᴏ Qᴜᴇ ᴇꜱᴛᴏʏ ɪɴᴍᴇɴꜱᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴀɢʀᴀᴅᴇᴄɪᴅᴏ. ᴄᴀᴅᴀ ʟᴇᴄᴛᴜʀᴀ, ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏ ʏ ʀᴇᴀᴄᴄɪÓɴ ꜰᴜᴇ ᴜɴ ɪᴍᴘᴜʟꜱᴏ Qᴜᴇ ʟʟᴇᴠÓ ᴇꜱᴛᴀ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ ᴍÁꜱ ʟᴇᴊᴏꜱ ᴅᴇ ʟᴏ Qᴜᴇ ᴊᴀᴍÁꜱ ɪᴍᴀɢɪɴÉ.

ꜱɪ ᴅᴇꜱᴇᴀɴ ꜱᴇɢᴜɪʀ ᴇxᴘʟᴏʀᴀɴᴅᴏ ᴇʟ ᴜɴɪᴠᴇʀꜱᴏ ᴅᴇ ᴍɪꜱ ʀᴇʟᴀᴛᴏꜱ, ʟᴏꜱ ɪɴᴠɪᴛᴏ ᴀ ʟᴇᴇʀ ᴍÁꜱ ᴅᴇ ᴍɪꜱ ᴇꜱᴄʀɪᴛᴏꜱ. ᴀᴄᴛᴜᴀʟᴍᴇɴᴛᴇ, ᴇꜱᴛᴏʏ ᴛʀᴀʙᴀᴊᴀɴᴅᴏ ᴇɴ ᴜɴ ꜰᴀɴꜰɪᴄ ᴅᴇ ᴅʀᴀʀʀʏ, ʏ ᴍᴇ ᴇɴᴄᴀɴᴛᴀʀÍᴀ ʀᴇᴄɪʙɪʀʟᴏꜱ ᴇɴ ᴇꜱᴀ ɴᴜᴇᴠᴀ ᴀᴠᴇɴᴛᴜʀᴀ.

ɢʀᴀᴄɪᴀꜱ ɴᴜᴇᴠᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴘᴏʀ ᴀᴄᴏᴍᴘᴀÑᴀʀᴍᴇ ᴇɴ ᴇꜱᴛᴇ ᴄᴀᴍɪɴᴏ. ¡ʜᴀꜱᴛᴀ ᴘʀᴏɴᴛᴏ ʏ ꜰᴇʟɪᴄᴇꜱ ʟᴇᴄᴛᴜʀᴀꜱ!

Hay personas que me andan pidiendo extras. Si quieren puedo hacerlas, depende de que diga el público 🤭🤭👌👌👌


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