Si había algo que Max adoraba era el precioso cuerpo del mexicano, después del embarazo se había vuelto incluso más sexy ¿cómo era eso posible?.

-Más~

Gemía el Mexicano debajo de aquel alfa de hermosos ojos azules que lo volvía loco. Mientras tanto Max embestía con fuerza el húmedo interior de su esposo.

- Lo que tú pidas...

Gruño Max con fuerza y aumenta la velocidad, no sabía que le pasaba, últimamente tanto él como Sergio estaban vueltos unos conejos, podían pasar horas haciéndolo y seguir sin problema alguno. Max creía que se debía al hecho de que Pato ya era un poco mayor y más tranquilo, además el aroma de Sergio había cambiado drásticamente, era sabido que después de un cachorro el aroma a leche materna se volvía parte de un omega, además de la vainilla, ese olor volvía loco al Leon Holandés, el aroma maternal de Checo lo hacía querer hacerle mil bebés más, pero además, esta noche era especial, Max acababa de ganar el gran premio de Miami y queria celebrarlo con una buena noche de Sexo, después de una bonita cena con amigos y su familia, llegó a la habitación que compartía con su esposo con una caja que contenía un pequeño y revelador conjunto de lencería. La parte de abajo apenas cubría un poco la intimidad de Sergio, pero sin dudas lo que más le gustaba era el top, los encajes permitían que los pechos de su omega sobresalieran y se vieran perfectamente, podía jugar y chupar aún sobre la tela.

-¿te gusta como te lo hago?

Hablo malicioso Max, a la par que daba nalgadas y embestidas, por su parte Checo apenas podía hablar, mordía la almohada con fuerza, sus ojos llorosos y la manera en el movía sus caderas en busca de más solo delataban el placer que ambos estaban sintiendo. El top estaba ya casi caído dejando los pechos del omega a merced de un hambriento alfa.

-S-si Maxie~ más!

El León amaba ese apodo, cargo a Sergio que se encontraba en posición de perrito para voltearlo y poder verlo a los ojos a la vez que seguía penetrándolo violentamente. Ese conjunto lo hacía ver irresistible, las ganas de Max le ganaban a la idea de que mañana el pobre Checo quedaría todo agotado y mordisqueado.

-Lo que mi omega pida.

Pasaron así un par de horas hasta que ambos se quedaron profundamente dormidos. Por la mañana Pato se encontraba jugando en la habitación de sus padres cuando vio algo que llamó su atención, apenas tenía un año pero era bastante hábil, Pato gateo hasta aquella prenda extraña, era el top de la noche anterior, checo llegó corriendo a la habitación, había corrido por un pañal para no dejar mucho tiempo solo a Pato, pero cuando entró se encontró con una incómoda sorpresa, el cachorro reía mientras portaba como gorro aquella prenda blanca de encaje. Las mejillas de Checo se pusieron rojas, cuando entró Max que se estaba bañando viendo al bebé.

-¡dijiste que habías recogido todo!

Gruño checo, no pudo evitar darle un golpe a su esposo para luego acercarse al bebé e intentar quitarle la prenda, cosa a la que Pato se negaba rotundamente, Max también estaba sumamente rojo y nervioso.

-Patito eso es de mami, dánoslo por favor ¿si mi amor?

Pato finalmente cedió, depues de eso la pareja comenzó a reír a carcajadas, definitivamente no volverían a ser tan descuidados o en algún momento podían traumar a su bebé.

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Holaaa! Perdonen, traiga ganas de algo medio puerco uwu los amo