Pato tenía ya casi dos años y medio, hasta este punto la lactancia había sido increíble para Checo, el sentimiento de poder nutrir a su bebé desde su pecho era lo más hermoso que tenía. Aún que también fue algo difícil ya que su Esposo se volvió completamente adicto a sus pechos, podía pasar todo el día pegado a ellas, justo como ahora.

-Delicioso...

Checo intentaba callar sus gemidos, se encontraban la "habitación de lactancia", no solo checo la usaba, si no que también Charles, Kevin y recientemente Yuki que acababa de dar a luz a la pequeña Juju, esta habitación había sido implementada gracias a las quejas que Checo presentó durante su tiempo dando de lactar a Pato y siendo piloto a la vez, pero ahora todos la usaban. Afortunadamente en este momento no se encontraba nadie cerca, Max había ganado la carrera como de costumbre y había reclamado su premio, terminando con Checo relleno y exhausto en brazos de su alfa.

-Emilian...

Se acurrucó rendido en brazos del alfa, ambos estaban casi desnudos, habían logrado tener una sesión de sexo completa en un espacio muy pequeño y sin que los atraparan. Max besó una última vez el pecho del omega y comenzó a acomodar su ropa.

-Estaba pensando qué tal vez es momento de que Pato deje el pecho

Hablo checo algo decaído y Max casi se va de boca al oír eso, significaría que ahora tampoco habría para el.

-¿Estás seguro mi amor? Tú sabes cómo es mi bebé en cuanto a ese tema.

Y era cierto Pato era muy caprichoso con su leche, era donde él la quería en cuanto él la quería así Checo tuviera que darle de comer incluso cuando estuviera en el spa, Pato era justo como su padre Max.

-Últimamente me duele mucho y él no lo está disfrutando.

-Te apoyaré en lo que decidas mi amor.

Max terminó de arreglar a Checo y beso su frente, Max pensó bien, Pato dejaría todo para el, al menos por un tiempo. Los primeros días fueron horribles para Checo, se sentía como el peor del mundo y Pato se resintió mucho con el, Max tenía a dos omegas sensibles que lloraban por cualquier cosa.

-Ya ya bebé...te daré el cereal

Pero Pato no quería, berreaba, lo único que queria era estar pegado al pecho de su mami. Así pasaron los días hasta que Pato comenzó a dejar de lado el tema, sin embargo Checo extrañaba la lactancia, ver los ojitos de Pato mirándolo mientras comía incluso logró extrañar cuando su hijo tenía uno de esos extraños ataques de hiperactividad y se movía como loco a la vez que comía del pecho de su madre, sin embargo Max tenía una forma de distraerlo.

-Ah~ si! Sácala toda...

Max chupaba con desespero, le encantaban esos hermosos pechos de su esposo, mordía, succionaba y lamía a la vez que penetraba con fuerza a Checo.

-Maxie! Más!

Gemía checo mientras Max daba justo en su punto dulce, eran unos completos adictos al sexo, pero eso no era algo nuevo, Finalmente Max terminó dentro de su omega y se dejó caer para abrazar y darle mimos al amor de su vida.

-¿Te gustó pecas?

Hablo pícaro y Checo solo rio coqueto, gracias a Max el dolor en sus pechos por la leche sin sacar había desaparecido.

-Tal vez...pero tal vez otra ronda no me haría mal

Max rió.

-Asegurémonos de no despertar a Pato

Max se levantó de en dónde estába y se colocó sobre Checo de nuevo, esa noche la cama crujió como loca,  pero tampoco era ni la primera ni la última vez que pasaba.

Por las mañanas amanecía adolorido, la hombría de su esposo era grande, pero ahora no tendría que amamantar a un cachorrito, después de ducharse se dirigió directo a la habitación de Pato, forrada de rosa y con muchos, cientos de juguetes, se recostó en la cama del menor, lo colocó contra su pecho y así, sin decir nada se quedó un rato,  simplemente observando cuán hermoso era su hijo, lo amaba más que a nada y verlo crecer le dolía en el alma, no pudo evitar que las lágrimas salieran al pensar que algún día Pato se iría de su lado, siempre había sido su mayor sueño ser la madre de alguna personita en esta tierra y Pato era ese sueño hecho realidad.

-Por qué lloras mami?

-Por nada mi amor
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Ok lloro 😭