Matthews no había dormido bien la noche anterior. Los pensamientos de la cena con Maximilian Bishop y Destiny habían interrumpido su sueño. Lástima que su esposa e hijos no se hubieran sentido cansados ​​a la mañana siguiente.

Quería preguntarle a Riley de qué se había tratado. Como a cualquier otro padre, no le gustaba que sus hijos le ocultaran secretos. Riley no era el tipo de chica que guardaba secretos, pero desde que conoció a Destiny, eso parecía ser todo lo que estaba haciendo.

Esa mañana, Destiny y Maya habían venido a prepararse para la feria universitaria en su escuela. Las clases estaban programadas para ser más cortas para que los estudiantes tuvieran tiempo suficiente para comprobar lo que cada universidad tenía para ofrecer.

Al ver a Riley trenzar el cabello de Destiny y a Maya rizar el de ella, Matthews se preguntó dónde se habían ido los días felices, cuando sus hijos eran más pequeños y Riley pensaba que los niños tenían piojos. Recordó los días en que Maya se rebeló contra la tarea.

Echaba de menos eso.

Deseó poder retroceder en el tiempo.

Riley acaba de terminar de peinar a Destiny. Le tomó una foto y se la mostró. "¡Todo listo!"

Destiny sonrió ante la foto. Estaba orgullosa de su nuevo look. Si su madre hubiera estado viva, ella también lo habría hecho. Su madre también había sido una mujer muy hermosa.

Las lecciones de ese día habían ido mejor de lo habitual. La mayor parte de la feria de la escuela se había discutido entre los estudiantes, algunos de ellos ya sabían exactamente lo que buscarían. La mayoría de ellos se había dirigido a la medicina o al pleito.

Destiny solo sabía que Maya quería estudiar Arte.

"Si hubiera tenido talento en otras áreas, habría probado en Juilliard, digamos", le había dicho Maya en clase una vez.

La madre de Destiny se había graduado de Juilliard antes de su fallecimiento. Había sido una mujer elegante y talentosa, que podría haber hecho realidad sus sueños, si no hubiera muerto en un accidente automovilístico fatal.

Destiny se desanimó al pensar en su madre y la escuela de arte. Su madre sabía exactamente lo que quería ser. ¿Por qué Destiny no podía parecerse más a sus padres? ¿Por qué no podía ser responsable y ambiciosa como su padre? ¿O talentosa y hermosa, como su madre?

En la feria universitaria, había visitado diferentes universidades, pero nada parecía lo suficientemente atractivo para ella. Ella simplemente no sabía lo que le gustaba. Ella no había sido el tipo de niña que había estado expuesta a muchas actividades diferentes. Nada que la ayude en lo que respecta a su futuro.

Una pregunta, sin embargo, la ayudó al menos a estar más orientada de alguna manera.

"¿Qué haces en tu tiempo libre?"

Pensó por un segundo. Además de conocer a su padre y a sus nuevos amigos, solo había una cosa.

Escribiendo cartas al Destino.

Ese fue el día en que Destiny decidió que podía ser escritora.

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