32

Background color
Font
Font size
Line height

Emergencia.

───

Aliana Johnson ; Una semana antes.

Mire el terreno de arena abultado. Me quedé arrodillada allí con los recuerdos invadirme, deseando que se pudiera abrazar cada memoria que me había venido a la mente, cada risa y cada día. Me quedé detenida en aquellas dos tumbas, con sus cruces ambas. El viento soplaba, ayer había llegado y no había deseado detenerme aquí, hasta ahora. Recuerdos de esa noche me agobiaban, los gritos, el sonido estruendoso que ese bate hizo en cada impacto me había trastornado. Presencie muertes, perdí amigas y familia en un pasado pero jamás me había dolido tanto una pérdida cómo está, hasta ahora. Veía en mi mente los ojos achinados de Glenn, veía su rostro de felicidad cuando Maggie narró la noticia de su embarazo delante de todos, algunos lo sabíamos pero la mejor reacción provino de la de él. Incluso Maggie me dijo que Abraham estaba algo emocionado, en una salida pidió ver la primera foto del bebé, que provino de un sonó grama.  echo aquí en Hilltop. Sonreí, recordando ese tierno momento en donde nos sentábamos a charlar hasta tarde en el balcón de nuestra casa en Hilltop. La pérdida de Glenn me había dolido y debía ser sincera, en las noches no podía dormir al sentir su ausencia, aún no asimilaba que lo habíamos perdido para siempre.

Sentí mis lagrimas bajar, recordado aquel momento lleno de tensión, de pánico. Vi con mis propios ojos como Glenn agonizaba, como moría lentamente y de la forma más dolorosa. Recuerdo sentir mi garganta arder, no podía gritar y deseaba hacerlo, no podía moverme y deseé hacerlo, no pude reaccionar hasta que Glenn dejo de respirar. Aún podía narrar y sentir los gritos, los llantos que Maggie provocó y jamás pudiera imaginarme, tampoco quisiera, sentir como la persona que amabas se te iba. Por un instante la presencia de Carl en mis recuerdos llegó, en mis recuerdos de esa noche, en cómo él arrodillado transmitió sus sentimientos ante la pérdida de sus amigos que conoció antes que yo. Que quiso antes de conocerme a mi, con los compartió antes de compartir conmigo. Aún recuerdo ver el rostro de Carl Grimes empapado de lágrimas pero el temor que sentí fue cuando vi su rostro lleno de furia, de rencor... de odio. Mis recuerdos se habían esfumado ante unas pisadas, aunque mi rostro estaba empapado, no tarde en asimilar que había alguien detrás de mí observándome mirar detenidamente las tumbas de los que algún día fueron mis amigos, mis compañeros y más que Glenn, que para mi había sido un gran hombre con afecto paternal.

—Oscurecerá pronto.—la voz de Maggie invadió mis oídos, borrando por completo mis recuerdos, me levante del suelo y me estire. Aún mi vista daba a las tumbas.—Vengo aquí cada mañana, cada noche antes de dormir.—confesó, mientras que sentí su brazo posarse en mi hombro. Aún tenía el cálido recuerdo del día de ayer, en cómo Maggie esmero una sonrisa al verme, al presenciarme cerca de ella.—No es sano pero es lo único que me hace sentir que de alguna forma están aquí.—susurro, observando también fijamente las tumbas.

—Si algo me enseño Glenn es que las personas que más amamos, aunque se marchen, siempre estarán con nosotros... —musité, mientras que sentí como Maggie desvió mi cuerpo para emprender camino al vagón donde nos estábamos quedando con ella.—Creo que nos dejó muchas cosas por la cual deberíamos continuar.—intente de decirle ante ver su rostro entristecerse, no era buena para esto, era pésima.

—Lo sé, lo sé... —respondió ella cortante, aunque se detuvo y quede algo confundida ante eso. Pude observar a lo lejos cómo Natasha estaba frente a frente con Sasha Williams, la morena que había iniciado un romance con Abraham; mi hermana se veía cabizbaja y entristecida.—Aún es difícil para todos aceptar que se han ido, nos echamos la culpa de alguna forma el que ya no estén aquí.—Maggie me miro fijamente, volteándose y quedando frente a frente conmigo.—¿Entonces Negan cree que estoy muerta?—asentí ante su respuesta.

—Rick nos explicó que Negan tiene una cadena de esposas en su lugar, que tenía intenciones de llevarte ya que le parecías atractiva, así que expresó que habías muerto. Te protegió.—le resumí, viendo cómo ella asintió y simplemente no dejó de observarme, sonrió.

—¿Hay algo que te de gracia?—pregunté alzando una ceja, note como ella asintió, aunque sus ojos se humedecieron con rapidez no entendí pero supuse que el embarazo hacía que su humor cambiara con rapidez.

—No se por qué acabo de recordar que estás involucrada con Carl Grimes.—no tarde en sonreír, sintiendo como mis mejillas se sonrojaron.—Ademas de eso, creo que a Enid le llama la atención Carl.—mire a Maggie con una ceja alzada, notando como ella simplemente sonrió negando.—No es broma.—río, logrando que mi semblante cambiara por completo, me llene de seriedad.

—Lastima, lo conquiste muy rápido.—reí triunfante.—Además, ¿ya hay tanta confianza que te confesó eso?—ella notó mi molestia ante eso, más bien, celos. Negó y se acercó a mi dándome un abrazo.—Él me gusta en serio Maggie, cada vez que lo veo me pongo nerviosa y no puedo dejar de mirarlo.—sonreí, abrazando a Maggie mientras pensaba en aquel chico de cabello castaño con sombrero de alguacil.

—Sabía que ustedes dos caerían completamente enamorados, lo supe desde el primer momento en que ustedes dos se cruzaron bruscamente y que estuvieron apunto de balearse.—sonreí ante ese agradable recuerdo.—Tú y Carl son muy importantes para mi, al igual que Judith y Enid, siempre he querido protegerlos y lo haré ahora más que nunca, más a ti.—me quedé abrazada con Maggie mientras veía a lo lejos a Sasha junto a Natasha, parecían estar hablando.

—Oigan, aquí están.—Maggie y yo giramos la vista, encontrándonos con Jesus, quien caminaba acercándose a nosotras.—Lucen bien, se ven mucho mejor.—sonrió Jesús, estrechándome la mano en forma de saludo.

—Tú te ves bastante bien con ese cabello, es espectacular.—lo halague, mientras que este sonrió encogiéndose de hombros.

• • •

—¿Entonces fue de la nada?—di un bocado más de mi comida, mientras escuche la pregunta que Maggie le había hecho a mi hermana quien también comía a mi lado.—Realmente estoy muy feliz por ustedes pero la situación no lo amerita.—susurro Maggie.—Yo nunca lo había visto así, tan esmerado en estar cerca a una persona y querer protegerla, él siempre ha sido frío y distante.—comentó Maggie.

—Solo fue de un momento a otro, no sé cómo ocurrió o como él se interesó por mi pero yo estaba completamente interesa por él.—veía fijamente a mi hermana quien se mantenía sentada en una silla aún lado de Sasha Williams, quienes mantenían una agradable conversación entre ellas mientras que yo solo escuchaba.—Es extraño porque él y yo no somos iguales, no tenemos nada en común, lo único que tenemos en común es que sobrevivimos a toda costa, solo eso pero realmente no puedo dejar de pensar en él.—escuchaba cómo ella con toda sinceridad se expresaba, expresaba el cariño que le tenía a Daryl Dixon.

—Quien diría que él se bañaría solo por una chica.—sonrió Maggie, quien también la escuchaba atentamente.—Él va estar bien, y debe estar bien, sano y salvo, como Nathan lo ha estado todo este tiempo.—Maggie era una mujer optimista, que no tardó en hacer que mi hermana sonriera ante tal acto esperanzador.

—Ese hombre es un monstruo, puede estar haciéndole pasar hambre o frío, no quiero imaginarlo de tan solo pensar en ese hombre las venas me hierven.—suspiro mi hermana.—Quiero que muera, nunca había deseado tanto la muerte de alguien.—confesó Natasha, quien veía fijamente a Maggie.

—No eres la única.—susurro Sasha observándola, está bajo la cabeza y prosiguió comiendo.—¿Entonces ya Daryl y tú se acostaron?—mire a Sasha con los ojos abiertos ante tal pregunta, sonriéndole ante su comentario, había cambiado el sombrío tema.

Observe cómo mi hermana se sonrojó, tanto que  estaba sentada aún lado de mi y observé cómo como no pudo evitar las ganas de reírse, ella estaba avergonzada y él jugó que había tomado había caído en la mesa. Natasha estaba aún sin poder creerlo, yo no pude evitar seguir riéndome y sentir ese dolor en el estómago. Ríe fuertemente, observando cómo Sasha Williams estaba aún lado de mi hermana riéndose, ambas se chocaron la mano y siguieron riéndose. Estos eran momentos en donde deseabas repetirlos una y otra vez. Observando todo, anhelaba que pudiéramos estar en Alexandria. Veía como mi hermana sonreí y mantenía una charla con Sasha, incluso con Jesus. Me esmeraba en observar la dentadura de mi hermana, como tenía una sonrisa plasmada en su rostro pero sus ojos transmitían tristeza al expresar de Daryl Dixon. Notaba todo, era atenta y veía cada fracción de su rostro, como observaba a Sasha y la escuchaba con atención. Respire, notando como Maggie se levantó del colchón donde estaba recostada, ella suspiró, pasando por el lado de Sasha y Natasha quienes continuaron charlando.

Observe cómo se dirigió a la puerta del vagón, logrando salir sin decir una sola palabra. Nadie dijo nada respecto a eso, así que continuaron hablando. Me levante, observando el colchón de Maggie, mientras que las risas continuaban no dejé de mirar ese accesorio. Era un reloj, no tan solo un reloj, era un reloj que le pertenecía a Glenn. Sabía la historia de ese reloj, no tan solo le perteneció a Glenn, llegó a pertenecerle al padre de Maggie, Hershel Greene. Note como las chicas crearon un silencio inmenso, un silencio en donde reflexionabas y deseabas que alguna persona especial estuviera ahí. Note como los ojos de Sasha se humedecieron, mi hermana continuó acabándose el vino que Jesús le había traído. Con lentitud, abrí la puerta del vagón, dispuesta a salir. Maggie no estaba tan lejos de este, estaba parada y con su cabeza elevada, miraba el cielo. Observe las estrellas, la noche estaba hermosa, dándome un gran recuerdo de mis noches en Alexandria. Así que fui acercándome hacia ella.

—¿Todo bien?—pregunté al verla algo pensativa mientras veía el cielo estrellado. Maggie estaba pensativa y podía notar su rostro entristecido.

—Verlas a todas comer y reírse es un gran recuerdo que tendremos en un gran tiempo.—comentó, aún mirando las estrellas.—Pero todo se vuelve oscuro al saber que mañana o quizás en algún momento alguna deje de existir, no quiero que pase.—observe como de su mejilla se deslizó una lagrima, cayendo al césped. Sentí mi corazón apretarse y como mi garganta se calentaba, no quería llorar.

—No pasará, estaremos bien, todos lo estaremos, ahora más que nunca.—lleve mi mano a su espalda acariciándola, notando como sus lagrimas se deslizaban por sus mejillas.—Vamos a poder con todo esto, todos nosotros, juntos. Podremos hacerlo.—quería alentarla, quería demostrarle que estábamos aquí, que podíamos luchar.

—Aliana, no pude despedirme de él.—sus ojos aguados me observaron detenidamente, sintiendo como mi garganta me molestaba ante el calentón que sentía. Yo tampoco Maggie, yo tampoco pude despedirme; pensé.—No puedo soportar perderte también, no quiero que pelees. Quiero que estes fuera de esto, tú, Carl y Judith, incluso a Enid, debemos ser nosotros quienes los protejan a ustedes, no podemos perderlos.—hablo con un hilo en su voz, se esforzaba por ser fuerte y la admiraba por eso.

—Maggie somos un equipo, lucharemos todos y cada uno de nosotros.—le explique, al notar que me quería fuera de esto, ella negó ante mi comentario.—Maggie, Carl y yo somos bastante grandes, somos maduros, ambos lucharemos con ustedes.—llevo sus manos a sus ojos, limpio sus lagrimas y me observo detenidamente.

—Eres una de las cosas buenas, Glenn pensaba eso, no puedo perderte Aliana. Es difícil explicar o expresar como me siento respecto a ti pero es como si fueras lo único que tengo en esta vida y no puedo perderte. Cuando estas junto a mi no me siento sola, cuando te veo sonreír es un reflejo de Glenn en tu optimismo. No quiero perderte, no podría soportar hacerlo.—mis ojos se habían humedecido, observando cómo Maggie estaba dispuesta a concederme un abrazo, hasta que un fuerte sonido musical invadió mis tímpanos.—¿Qué carajos?—preguntó Maggie, hasta que sentí un zumbido, incluso como la tierra se removió y una gran iluminación con colores cálidos se transformó. Fuego.

—Maggie... —susurre ante los gritos que provenían de la entrada de Hilltop, el olor a quemado no tardó en llegar hasta mis fosas nasales, mi corazón bombardeaba. La puerta del vagón se abrió, observe cómo las dos que estaban adentro salieron llenas de curiosidad.

—¿Qué diablos fue eso?—Natasha parecía estar sobria ante la preocupación, el sonido del radio de la música aún continuaba, provenía de la entrada igual que el zumbido. Aunque fui notando como más iluminación con esos colores cálido se hacían presente en otras áreas de Hilltop.—Nos atacan.—musitó Natasha, no tarde en observar cómo está se adentró al vagón, saliendo segundos luego y observándonos, pero tenía un arma en su mano.—Toma, quédate adentro con Enid.—me ordenó mi hermana quien me lanzó un arma la cual cayó en mi mano.

—Vamos, vamos.—Sasha la alentó a correr para acercarse al área donde provenía el fuego, hasta que gritos desde lejos empezaron a sofocarme más.—¡Aliana, vamos!—me grito Sasha al ver que me quedé atrás, no tarde en cargar mi arma y corriendo detrás de ellas, escuchando así el gruñido de los caminantes.

—Oh por Dios, esto es un caos... —susurre con mi corazón queriendo salirse de mi boca al observar la gran cantidad de humo, e incluso de caminantes que entraban a esta comunidad. No tarde en apuntar al primer caminante que se acercó a mi, disparándole en la cabeza.—¡Todos adentro! ¡Quienes puedan ayudar manténganse cerca!—grite, ayudando a una señora levantarse del suelo y alentarla a correr hacia su hogar. Mientras que me mantuve apuntándole a los caminantes que se acercaban a mi área, hasta que una bocina resonó mis oídos.

—¡Aliana móntate! ¡Jesús ordenó que fuéramos a Alexandria a buscar ayuda!—no tarde en incrustarle con la parte del cargador del arma a un caminante en su cabeza, golpeándolo varias veces hasta que mi mano se llenó de sus viseras, asqueada limpie la sangre con mi pantalón y me monte con rapidez en el auto.—Mire atrás observando a dos residentes estar montados en la parte trasera, Maggie me los había presentado pero no recordaba sus nombres.

—Señorita, debemos ir al lugar más cercano, puede dirigirse al reino.—uno de los hombres de atrás se dirigió a Natasha ante un consejo, esta quien aceleraba bastante rápido, tanto que sentía mi corazón latir al mismo ritmo.

—¡No!–gritó ella algo alterada.—Eran demasiados caminantes y mucho fuego, Rick sabrá cómo manejarlo David.—nombró ella a uno de los hombres quien se mantuvo en silencio ante la negación de mi hermana.

—¿Y los demás?—pregunté al ver cómo mi hermana aceleró con rapidez, giré atrás observando cómo salíamos de Hilltop y el fuego se veía completamente aterrador, era de noche.—¡Cuidado!—le grite a mi hermana cuando sentí el carro estar impactando cuerpos de caminantes, ella con rapidez encendió las luces para poder ver el camino.—A la derecha, ahí esta la carretera.—le señale, ayudándola ya que veía sus manos temblar.

—Son ellos, nos atacaron.—susurro ella, y no tardo en mirar por el retrovisor.—Aliana, carga tu arma y busca si hay más armas.—me hablo ella algo agitada, no tarde en girar mi cuerpo para observar lo que ella había visto, mi corazón bombardeaba más de lo inusual y mi piel estaba como gallina.

—Nos están siguiendo, veo las luces.—le dije a Natasha mientras guiaba con rapidez por la carretera, hasta que las luces del otro auto se apagaron, mi corazón bombardeaba con fuerza.—Natasha ya no están, ya no están.—le hablaba con rapidez ante entrar en un transe de pánico.

—¡Aliana maldita sea cierra la puta boca por favor!—me gritó ella, mientras que observé sus manos apretando el volante con fuerza, su pecho subía y bajaba, igual que el mío.

Solté un leve grito, uno cuando sentí como el auto dio una sacudida, nos habían golpeado con fuerza. Mire hacia atrás, se veía el auto a través del reflejo de las luces rojas traseras, estaba pegado pero no veía quien guiaba. Mire a mi hermana, observé cómo me miro y como su aliento se fue ante el impacto que recibió, eso era lo que sentí. Sentí como ella cayó encima de mi, como el auto daba vueltas, mi cabeza también, el golpe vino desde el área derecha donde estaba ella conduciendo. Sentí como mi rostro se raspaba, sentía mi piel extraña, sentí cortaduras. Por un momento sentí que no podía respirar, en cómo mi cabeza se golpeó varias fuertes con algún tipo de metal, dejé de sentir a Natasha encima de mi porque mi cuerpo se había desvanecido por la ventana rota, hasta que sentí mi cuerpo rodar. Mis ojos estaban cerrados mientras que sentí que mi cuerpo había dejado de rodar, sentía como me desvanecía. No sentía mi respiración, incluso parecía no poder abrir los ojos, la cabeza me quería explotar. Me sentí adolorida, incluso inmóvil, tenía miedo de abrir mis ojos. Poco a poco fue soltando leves gemidos de dolor, incluso me pareció escucho a mi hermana gritar adolorida más lejos de mi. Intente de levantarme pero fracase.

Sentía miedo, sentía mis manos temblar en el suelo, no podía levantarme. Abrí mis ojos y daba miedo, sentía mi cuerpo desvanecerse por el pánico que sentía, no se veía nada ante tal oscuridad, hasta que sentí una iluminación sofocar mis ojos, unos focos de luz que provenían de un auto; no podía ver bien. Me empecé a arrastrar donde provenía el grito de mi hermana, el cual había cesado, aunque pude notarla; pude verla. Estaba intentando de salir a través de la ventana, vi su rostro lleno de sangre. Pude identificar a David arrastrando al otro hombre que nos acompañaba pero mi vista se nublaba. Poco a poco empecé a sentir los calambres, incluso un terrible dolor en mi costillas, sentía un dolor inmenso. Veía borroso pero escuchaba pasos, veía pasos y vi sombras pasarme por mi lado. Empecé a sentir como me arrastraban y yo gemía, del dolor. No podía ver nada, aunque sentí como mi cuerpo estaba siendo cargado, mis ojos empezaron a reflejar lo que veía. Habían autos, habían más y aún se veía el humo que provenía de Hilltop, el fuego provocado por los salvadores. Intente incorporarme o forjar contra el hombre que me sostenía pero lo último que vi, había sido el auto donde Natasha estaba intentando de salir; arder en llama, sabía lo que sucedía y solo sentí mi corazón romperse, antes de caer inconsciente y ver todo negro.

• • •

Priyanka Chopra como Natasha Johnson

•••
Nueva novela en mi perfil, si son fanáticos de Stranger Things les encantará.

You are reading the story above: TeenFic.Net