— ¿Y dónde vamos a ir ahora, tío Dani? — preguntó Mary, dando un buen mordisco a la hamburguesa.
Dani sacó la lista que había escrito del bolsillo de atrás del pantalón.
—Veamos, hemos ido a la floristería, al almacén de construcción...—
—Tío Dani, ¿qué vas a hacer con todos los listones de madera que has encargado? — preguntó Carrie, metiéndose una patata frita en la boca.
—Vamos a construiros un cuarto de juegos— Los ojos de Carrie se abrieron como platos.
— ¿De verdad? — dijo la niña con incredulidad.
—De verdad. Pero antes— explicó Dani echando un vistazo al reloj. —tenemos que limpiar bien el sótano. ¿Creen que poder echarme una mano? — Carrie y Mary intercambiaron una mirada.
—Sí, tío Dani— dijo Mary, hablando por las dos.
—Te queremos ayudar— añadió Carrie.
—Pero no lo podemos hacer todo en un día— advirtió Dani. —Tardaremos varias semanas de trabajo duro después del colegio—
—No nos importa, tío Dani, somos buenas trabajadoras— aseguró Carrie.
—Bien—
Harry continuó repasando la lista. Desde la conversación de la noche anterior con ______, había una idea que no dejaba de rondarle por la cabeza, pero antes tenía que hablarlo con las niñas.
—Niñas, ¿saben si su madre usa alguna vez el otro garaje que hay en la parte posterior de la casa? —
— ¿Te refieres a ese edificio que antes se usaba para caballos o carruajes o algo así? — preguntó Mary.
—Sí, ése que no nos dejan ir nunca— añadió Carrie.
—Ese mismo— dijo Dani, con un asentimiento de cabeza.
El edificio para carruajes se había construido hacía muchos años, en la época en que aún no había coches, y no lo utilizaba nadie. Dani sabía que Jason y ______ alguna vez habían pensado en convertirlo en un taller, pero nadie había hecho nada y todavía continuaba vacío.
La noche anterior, tumbado en la cama del cuarto de invitados y sin poder dormir, Dani se levantó y se acercó a la ventana. Al ver el edificio desocupado, se le ocurrió la idea.
—No, no lo usamos para nada— dijo Mary con la boca llena de patatas fritas.
Dani sonrió, y bebió un sorbo de refresco.
—Tío Dani— empezó Carrie despacio. —Mary y yo queríamos pedirte una cosa— Dani miró a las dos niñas y se dio cuenta de que era algo importante, así que se metió la lista en el bolsillo y les prestó toda su atención.
—Claro, cielo— dijo. — ¿De qué se trata? —
—Veras, el fin de semana que viene es Halloween, y nos gustaría... hemos pensado que tú podrías llevarnos al festival del colegio—
—Sí, tío Harry— continuó Mary. —Es el viernes por la noche, y mamá normalmente está muy cansada para llevarnos—
—Y, además...— empezó Carrie, intercambiando una mirada con su hermana. Una mirada que decía más que mil palabras. —El señor Malbicho ha invitado a mamá a la fiesta porque es en el colegio, y él es el organizador, pero nosotras no queremos ir con él. ¿Podemos ir contigo? ¿Por favor? ¿Por favor? ¿Por favor? —
—Preferimos quedarnos en casa antes de ir con él— aseguró Mary en tono desafiante, cruzando los brazos delante del pecho.
Carrie asintió con la cabeza.
Harry se acomodó en el banco, abrió los brazos y rodeó con ellos los hombros de las dos niñas. Ya se ocuparía de la cita de ______ con Beardsley más tarde, pensó. En ese momento lo más importante era tranquilizar a las niñas.
—En primer lugar, las llevaré a donde quieran ir, siempre y cuando tengan el permiso de su madre. Y en segundo lugar, con el señor Beardsley no tienen que ir absolutamente a ningún sitio que no quieren, ¿entendido? —
Viendo la expresión preocupada de Carrie, Dani se dio cuenta de que la niña estaba asustada otra vez, y maldijo a Beardsley para sus adentros.
—Niñas, escuchadme con atención. Si el señor Beardsley quiere llevarnos a algún sitio, o hacer algo con vosotras que no queráis, sólo le tenéis que decir «muchas gracias, señor Beardsley, pero vamos a ir con nuestro tío Dani»—
— ¿Y si se enfada con nosotras, tío Dani? — susurró Carrie, presa de pánico. —A mí siempre me riñe por todo—
El instinto de protección que sentía Dani hacia las niñas no tenía límites, y si el subdirector del colegio no dejaba de asustarlas, iba a tener con él algo más que palabras. Estaba harto de aquel hombre. Y sabía, después de hablar con ______ la noche anterior, que seguramente también tenía a la pobre _______ medio arrinconada. A fin de cuentas era su jefe, y probablemente tuviera la potestad para despedirla. Pero ¿por qué no lo había sospechado antes?
Además, ______ apenas tenía experiencia con los hombres, excepto con él y su hermano. Siempre, incluso cuando era una joven estudiante, ______ había sido una persona seria que sabía lo que quería de la vida, y eso no era precisamente salir con un montón de hombres.
¿Cómo podía esperar él que _______ viera al imbécil de Beardsley por lo que realmente era? ¿O qué se diera cuenta de que sólo le estaba enseñando la parte de él que quería dejarle ver? Quizá era el momento de enseñarle a _______ quién era el verdadero Beardsley, pensó Dani.
No, decidió pensándolo mejor. Probablemente sería mucho más acertado dejar que fuera el mismo Beardsley quién revelará su verdadera personalidad. Eso sí, bajo la atenta vigilancia de Harry.
—Niñas, mientras el tío Dani esté vivo, nunca tendrán que preocuparse por nada, ¿entendido? — dijo, alzando primero la barbilla de Mary y después la de Carrie.
—Entendido, tío Dani— dijo Mary, echándole los brazos al cuello.
—Te queremos, tío Dani— añadió Carrie, imitando a su hermana.
—Y yo las quiero a las dos. Un montón. Pero no quiero que volváis a preocuparos por ese señor Beardsley. Les prometo que yo me ocuparé de él. Si todo va bien, creo que no volverá a salir con su madre—

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