Mordekaiser había vuelto a obtener su conciencia y recuerdos, envolviéndose también en una confrontación con varios campeones y espectros.

Después de mostrar una enorme resistencia es que se hizo presente el causante de su odio más reciente... Viego, el Rey Arruinado...

"Ma... majestad..."

"Pa... papá..."

"Siento haber tardado, Gwendoline... estaba ocupado..."

Tras el Rey Arruinado se encontraba Minerva, la Cronista de la Ruina, a quien Gwen fue a ayudar. Parecía muy débil tras el ataque que recibió.

"Tú... insolente..."

"Ten más respeto por tu rey, Mordekaiser"

"Aquí el único con potestad para reinar soy yo, aquel que gobernó la muerte"

"¿Gobernar? ¿Me hablas a mi de gobernar?"

"........"

"Tú venciste a la muerte... yo le demostré que podía corromperla..."

"........"

"Yo, creador y artífice de la niebla negra... vencí a la muerte... rompí sus reglas y la doblegué cuanto quise..."

"Yo no necesité tu absurda niebla"

"No... necesitaste un grupo de hechiceros..."

"¡Silencio!"

"........"

"¡Pagarás por la ofensa de haber borrado mi ser! ¡Tú y todos! ¡La marai! ¡La niña! ¡Tu hija! ¡Todos seréis destruidos!"

"A mi nadie... me levanta la voz..."

Los ojos de Viego se iluminaron de un color verde sombrío, el cual provocó que la celda que había creado Morella fuese retirándose.

Luego se acercó a su enemigo con total calma y tranquilidad.

"Eres un desagradecido, Mordekaiser"

"¿Cómo dices?"

"Deberías darme las gracias por lo que hice por ti..."

"Rey Arruinado... señor..." - le habló Morgana - "¿Qué le hizo exactamente?"

"Apiadarme de él..."

Mordekaiser no tardó en lanzarse a atacarle con su Aniquilar, pero antes de poder golpearle su cuerpo entero se paralizó.

"Querías volver de aquel reino de muerte..."

"Grgr..."

"Todavía crees que pudiste, pero lo triste es que aún estabas esperando... una oportunidad que tras cientos de años no llegaba..."

"¿Cómo dices?"

"Crees que reviviste de nuevo... que encontraste la niebla negra..."

"........"

"Pero fue la niebla negra... la que te encontró..."

"Eso... es..."

Los recuerdos de Mordekaiser parecían esclarecerse, rememorando cuando aquella extraña niebla llegó al salón de huesos...

"La niebla corrompe... arruina todo lo que toca... pero cuando te encontró..."

"........"

"Tu ya estabas arruinado..."

"........"

"No tenías más propósito que no morir... un miedo muy humano... muy factible... ¿pero qué había más allá de eso?"

"........"

"¿Conquistarlo todo? ¿Y luego qué?"

"Tú..."

"Yo me encargué de darte un propósito como mi caballero... te colmé de mi propio pasado para que tuvieses una motivación..."

"Bastardo..."

"Y te la di... una vida que se te negó, una vida que se me negó a mi..."

"Grgrrr..."

"Como mi jinete jamás morirías... y llené ese vacío sin emociones... te di un propósito..."

"¡Yo ya tenía un propósito!"

"¿En serio? ¿Cuál?"

"¡Ser el dueño y destructor de todo!"

"Me suponía que dirías eso... ¿pero y después qué?"

"¡Me regodearía del sufrimiento eterno que causaría! ¡De la gloria que sería eternamente mía!"

"Pobre idiota..."

Mordekaiser intentó usar todas sus habilidades conocidas, pero ninguna de ellas se manifestaban frente al Rey Arruinado.

"Tienes poderes... grandes poderes..."

"Grgrr..."

"Después de todo superaste a la muerte... pero yo la doblegué... igual que mío es el poder de doblegar cualquier alma en mi presencia..."

"Maldito..."

"En otra época enviaría tu alma a la prisión más oscura de estas islas..."

"........"

"Pero últimamente intento ser más piadoso..."

"Déjate de rodeos"

"Te dejo elegir... continuar con tu vacía e infantil ambición de gobernar... y carecer de un propósito final..."

"........"

"O volver a ser mi jinete... mantener a los aliados que alguna vez hiciste y que te aceptaron... mantener la gloria que ganaste..."

"........"

"¿Qué eliges?"

Ciertamente Mordekaiser podía recordar lo vivido a través de su falsa vida, así como sus acciones originales... su decisión no tardó en pronunciarse...

"Yo nací para gobernar..."

"........"

"Soy Sahn-Uzal... aquel que derrotó a la muerte..."

"........"

"Y algún día... acabaré contigo... con tu patético reino... y la miserable de tu hija..."

"........"

"Todos los presentes caeréis por mi acero..."

"Eso es una negativa, supongo"

"¡Mordekaiser jamás será esclavo de nadie!"

"Bien..."

El alma de Mordekaiser empezó a filtrarse por los huecos de su armadura, adoptando una forma esférica que el rey sostenía en su mano.

Su armadura se quedó tirada, mientras todos observaban atónitos lo ocurrido.

"Gwendoline... ¿me explicas qué ha ocurrido aquí?"