El inicio de la búsqueda

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Hello there! Acá un nuevo capítulo. Decirles que ya quedan muy pocos para el final, apenas puedo creer que ya estoy terminando esta historia jeje es una historia realmente emotiva, y me alegra haber logrado llegar hasta acá. 

Gracias a todos por leerla y recuerden seguir votando y comentando, soy feliz leyéndolos. 

Besos y abrazos y que la fuerza los acompañe siempre.

Cuando estuvo establecido que una gran flota Chiss estaría al mando de Thrawn como comandante y Anakin como general. 

- Anakin ¿No crees que sería prudente esperar un tiempo?- preguntó Obi- Wan mirando a su ex aprendiz vestir su antigua ropa jedi que Padmé había traído con ella. 

- No hay tiempo que perder maestro, debemos partir ahora antes de que Lord Sidious tome acción- dijo Anakin y Obi- Wan suspiró frustrado.

- Anakin, no quiero ofenderte- dijo Obi- Wan sin saber como decirlo- ¿Pero no deberías esperar un tiempo para volver a ser el general jedi que fuiste en las guerras clon?

- Maestro, estoy bien, no olvidé nada, todo está en mi mente ahora, y aunque mi cuerpo no es exactamente el mismo, me siento bien, no tienes idea lo bien que se siente ser yo mismo nuevamente- dijo Anakin tomando los hombros de su maestro para calmarlo. 

Por más que él intentaba explicarle eso a Obi- Wan, el ex maestro jedi simplemente no quería aceptarlo. Parte de ello era porque tenía la esperanza de que Anakin no corriera peligro nuevamente. 

Thrawn por su parte, conocía el camino de un guerrero, y él sabía que Anakin Skywalker era un guerrero. Él sabía reconocer las fortalezas en una persona, y solo por eso para acallar los miedos de Obi- Wan Kenobi tomó su bláster y disparó en modo aturdidor  tres veces en dirección de Anakin.

El jedi inmediatamente encendió su sable de luz y desvió los disparos y detuvo el cuarto disparo que Thrawn perpetuo en dirección de Obi- Wan.

La rapidez y agilidad con que Anakin se había movido lo decía todo. Su cuerpo no era el mismo de antes, su masa muscular no era la misma, pero eso no era lo único que una persona necesitaba para ganar una batalla, sino astucia, valentía y los reflejos que Anakin había demostrado para detener todos los disparos.

Obi- Wan vio a Anakin frente a él y suspiró, aceptando la derrota. 

Era claro que Anakin iría al peligro liderando desde el frente como siempre solía hacerlo en las guerras clon.

Rex y Ahsoka habían partido con destino a una luna cercana a Coruscant, en un punto estratégico para reunir a la 501. 

No dirían que Anakin había regresado, porque querían que la 501 tuviera una gran sorpresa cuando Anakin llegara a ese lugar.

Pero antes, Anakin dirigiría una flota al sistema Mustafar.

- ¿Por qué Mustafar? ¿Qué hay ahí y por qué iremos allí?- dijo Padmé  que estaba junto a Luke y Leia. Anakin claramente no estaba feliz de que su familia fuera con él a Mustafar. Pero luego de que Padmé lo había cuidado por todos esos años, ni siquiera se atrevería a decirle que no se expusiera al peligro.

Habría sido hipócrita de su parte, considerando que ella lo había salvado siempre, y que incluso lo había ayudado a ducharse cuando él tenía la capacidad mental de un bebe. 

- Es la única forma de encontrar el camino a Exegol, el mundo perdido de los sith- dijo Anakin explicando lo que había escuchado en la bahía médica cuando los acólitos hablaban- Solo existen dos objetos que pueden indicar el camino a Exegol y allí se encuentra uno de esos objetos.

- ¿Qué objeto papi?- preguntó Luke y Anakin lo cargó con cariño mientras él lo miraba fijamente. 

- Un Wayfinder, hijo mío- dijo Anakin disfrutando de por fin poder llamarlo así.

Leia miraba con una mirada tan tierna como curiosa y Anakin sonrió.

- ¿Cómo lo encontrarás papá?- preguntó Leia y Padmé sonrió ante su curiosa niña.

- Deberemos encontrar al Ojo de Webbish Bogg- dijo Anakin y Padmé arqueó una ceja.

- ¿Eso qué es? ¿Un lugar? ¿Una persona? ¿Algo de la fuerza?- preguntó Padmé y Anakin sonrió. 

- Es un ser parecido a una araña que habita en el Marisma de Corvax en Mustafar- dijo Anakin recordando las conversas de los acólitos- Es un ser que está en simbiosis con un gigante ciego en los lagos de Mustafar- dijo Anakin y Padmé buscó la orientación del lugar en su holopad.

Habían pocas coordenadas para llegar a la Marisma de Corvax, pero suponía que tendrían que atravesar los bosques de palofierro de Mustafar para llegar hasta allá.

No sería una travesía agradable, esos bosques no estaban desiertos extrañamente, y muchos cultos extraños habitaban el lugar.

- ¿Podremos ir con ustedes?- preguntó Leia y Padmé negó.

- No- dijo Padmé rápidamente- Ustedes se quedarán en la nave con Dormé- dijo Padmé que ya había llamado a sus doncellas para que se encontraran en las coordenadas entregadas.

Luke y Leia bufaron molestos y Anakin los abrazó a ambos.

Padmé sonrió y sintió los brazos de Korkie rodearla y solo entonces notó que lloraba.

- Te dije que lo lograríamos tía- dijo Korkie abrazando a Padmé y ella lo abrazó de vuelta.

- Lo sé, y me faltarán años de vida para agradecerte lo que hiciste- dijo Padmé y Korkie negó.

- Solo quiero que tú y papá vuelvan a ser los mismos tía- dijo Korkie y Padmé asintió- No más saltarse comidas, no más noches de insomnio, cuando ganemos esta guerra, te preocuparás por ti, y juro que haré que papá deje el cigarrillo- dijo Korkie y Padmé sonrió prometiéndolo.

- Yo te ayudaré con eso- dijo Anakin y Korkie sonrió.

- ¿No dejarás que papá fume cierto?- preguntó Korkie y Anakin asintió.

- Claro que no, será mejor que vaya olvidando ese vicio- dijo Anakin y Korkie rio. Si su padre no iba a estar muy feliz con eso, ya había encontrado la costumbre de fumar, y le era difícil pasar un día sin un cigarrillo. 

Finalmente la flota Chiss abandonó la ascendencia con destino a direcciones estratégicas en diferentes zonas de la galaxia que permitieran una rápida reagrupación cuando tuvieran coordenadas exactas, Anakin, Padmé, Korkie, Obi- Wan, Luke y Leia partieron con destino a Mustafar y por el camino Dormé y Sabé se les unirían, mientras que Ahsoka y Rex se quedarían en otra ubicación estratégica con la 501 para reagruparse con la flota Chiss apenas las indicaciones se dieran. 

Padmé se encontraba sola en su habitación, y a pesar de lo mucho que deseaba estar con Anakin y sus hijos, no se sentía capaz de aceptar que él nuevamente estaba poniéndose en peligro.

Quería protegerlo, quería tenerlo a su lado para siempre, quería irse a Naboo con él y quedarse allí viviendo una vida tranquila. Sabía que era egoísta su forma de pensar pero no le importaba la galaxia en ese minuto. Solamente le importaba él, y que estuviera bien.

Solo le importaban sus hijos, que de alguna manera que ella no podía explicar en este preciso minuto, se habían enterado de quién era él realmente.

No quería que Anakin se pusiera en peligro nuevamente. No lo quería.

No podía soportar que algo le pasara nuevamente.

¿Y si esta vez él no lo lograba?

Aún recordaba cuando vio al maestro Windu llegar con él sobre su hombro, aún recordaba haberlos visto caer a los dos y haber corrido hacia Anakin.

Pero él esta inerte, no despertaba, por más que ella suplicaba que despertara, él no despertaba, sangraba y estaba frío. 

Ella pensó que él estaba muerto esa vez. 

Aún recordaba el terror que la invadió cuando lo atendieron en la bahía médica del templo jedi, como la detuvieron y cómo la doctora que lo atendió aquel día le prometió que él sobreviviría.

Y así había sido. Ella nunca más supo de esa doctora, y escuchar el triste relato de Anakin de que los falsos médicos de la bahía médica general de Coruscant la habían matado dolía.

Ella no merecía eso, era la única que había tratado a Anakin con un poco de humanidad.

Aunque ahora sabía que esos malos tratos a Anakin eran diferente que con los otros pacientes, porque esos no eran realmente médicos, sino acólitos sith.

Aún se culpaba por no haberse dado cuenta antes. Por haber creído que cuando en la bahía médica general de Coruscant decían que cambiarían el personal, todo se arreglaría.

Nunca fue así, los acólitos sith llegaban y llegaban. 

Anakin jamás debería haber salido del templo jedi, debería haberse seguido atendiendo allí, pero la bahía médica de Coruscant tenía incluso mejores recursos que los jedi, solo por eso él había sido trasladado.

Aún recordaba verlo en esa camilla por largos meses. El tacto de su piel cuando ella lavaba su cuerpo inerte. Él no parecía estar vivo. 

No podía soportarlo. Por más que le dijera que aceptaría su decisión. No se sentía capaz.

No quería tener que criar a sus hijos sola. No quería tener que mentirles nuevamente. No quería tener que dormir sola y preguntándose como habrían sido las cosas si fueran diferentes.

Ella lo quería para siempre a su lado, quería despertar con él todos los días de su vida, solo quería su amor. Solo quería vivir con él para siempre, con su familia.

¿Por qué la galaxia siempre exigía que él se sacrificara?

¿Era eso lo que significaba que él fuera el elegido?

Se sintió devastada hasta que de pronto sintió a su lado una presencia que no sentía hace muchos años. 

Una presencia a quién le había rogado consejos aún sabiendo que él no podía dárselos porque estaba muerto. 

Una presencia que era imposible que estuviera allí junto a ella. 

- ¿Cómo?- susurró ella sabiendo exactamente lo que sentía- No soy sensible a la fuerza- dijo ella volteando y viendo la figura translúcida de Qui- Gon Jinn frente a ella con una sonrisa tranquilizadora, como siempre solía tener.

- La fuerza funciona de maneras muy extrañas algunas veces- dijo Qui- Gon Jinn observándola fijamente- Sabes lo que debes hacer, sabes que debes dejarlo cumplir su destino.

- No quiero perderlo nuevamente- dijo Padmé con las lágrimas cayendo de sus ojos.

- El miedo es algo natural en todos nosotros, pero saber controlarlo y aceptarlo, es lo que nos hace fuertes- dijo Qui- Gon Jinn y Padmé negó.

- ¿Cómo puedo aceptarlo? ¿Cómo puedo controlarlo? No quiero perderlo- dijo Padmé llorando- No quiero verlo en una cama por seis meses nuevamente, no quiero verlo aterrado cuando sube a una nave, no quiero verlo sin reconocer a sus hijos, no quiero estar sola en una sala de partos nuevamente, rogando que él llegara cuando el parto se complicó- sollozó Padmé y sintió de alguna manera la mano de Qui- Gon Jinn en su hombro.

- No lo estarás Padmé, nunca estarás sola- dijo Qui- Gon Jinn y Padmé sintió tristeza.

- ¿Puede darme alguna esperanza?- preguntó Padmé y él sonrió.

- No se nos permite hablar del futuro, del pasado incluso no se nos permite hablar mucho del presente, estoy arriesgando mucho para estar aquí ahora- dijo Qui- Gon Jinn y Padmé agradeció con la mirada por eso, ella realmente necesitaba de sus palabras- Pero solo puedo decirte que confíes en la fuerza, y siempre tendrás una respuesta- dijo Qui- Gon Jinn.

- Gracias, maestro Jinn- dijo Padmé secándose las lágrimas y una sensación de paz la llenó, luego, todo se fue a negro.

Cuando despertó, encontró a Anakin mirándola preocupada y a Luke y Leia a su lado.

- Ángel ¿Qué sucede? ¿Estás bien?- preguntó Anakin preocupado por haberla encontrado así.

- Me quedé dormida- dijo ella inmediatamente pero confundida.

¿Había soñado eso? ¿O realmente lo había vivido?

Se dio cuenta que realmente lo había vivido, cuando encontró en su mano  un trozo de Cristal Kyber, eso no había estado allí antes. 

- ¿Qué es eso?- preguntó Anakin mirando la mano de Padmé y el cristal- ¿De dónde sacaste ese cristal?- preguntó él y Padmé sonrió.

- Me lo dio alguien muy sabio- dijo Padmé guardando el cristal- Dice que los cristales Kyber dan esperanza- dijo Padmé y Anakin asintió.

- Tiene razón, los cristales Kyber están vivos, deberías guardarlo siempre cerca de ti- dijo Anakin y Padmé asintió.

Confiaría en la fuerza, Qui- Gon Jinn se lo había dicho. Ella sabía que eso había sido real.

- Tío Anakin- dijo Korkie entrando a la habitación disculpándose con la mirada- Estamos llegando a la órbita del planeta Mustafar.

- Bien, hagamos esto- dijo Anakin ayudando a Padmé a levantarse.

Y fue entonces, como la búsqueda de Exegol. había comenzado. 

El último preludio antes de la batalla, en donde todos arriesgarían absolutamente, para luchar por la paz definitiva.

Debían hacerlo y lo harían. 


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