Se fueron.

Puedo ver como todo el escuadrón iba de camino a una guerra y yo me quedé atrás.

Cuando di a conocer mi decisión con respecto al bebé que llevo en mi vientre no pensé que sería tan difícil ver como las personas con las que crecí se fueran tan lejos de donde estaba y con un futuro tan incierto.

Aunque si hablamos de futuros inciertos, soy el mejor ejemplo que podría haber para ello.

Por mi culpa 326 se quedó en la tierra, en vez de haber conseguido una compañera y así poder pilotar a Genista sin problemas de mi parte.

Hasta ahora, lo mejor que puedo hacer es cuidar de Zero Two, a quien cada cierto tiempo le aparecen nuevas heridas en su cuerpo, dando a entender que donde sea que este su mente ella está luchando.

Desde que súper que no podía pilotar más un Franxx me he sentido una carga. Todo el mundo parece estar bien con mi condición, pero internamente yo me cuestiono por mis decisiones.

¿Habré hecho bien en aceptar esto?

Esa pregunta llega a mi mente al observar el perfil de Mitsuru-Kun, quien observa hacía el cielo con anhelación.

- ¿Porque te quedaste? - le pregunto a la única persona que está a mi lado y es consciente de lo que digo, pero no lo dejo responder, prefiero seguir hablando que escuchar que fue mí culpa que Mitsuru esté ahí y no de camino a la batalla - Podías haber conseguido otra compañera he ido sin mí... -

- Me quedé porque quería. Es mi responsabilidad - responde con esa voz de decisión que siempre he escuchado de su parte

- ¿Responsabilidad? ¿Pese a que no recuerdas nada? - susurró - Ya te dije que no espero nada de ti. Olvídate de mí - digo aguantando las ganas de gritarle

Cuando ya no siento su mirada sobre mi comienzo a avanzar en dirección a Zero Two, quien sigue con la vista fija en el cielo.

El tener a Genista atrás de nosotras me hace sentir una presión en el pecho y prefiero enfocar mi atención en las nuevas heridas que aparecen en el cuerpo de Zero Two-chan.

- ¿Qué ven tus ojos? - le pregunto una vez que me pongo de pie. La observo y sé que ella no me va a responder, por lo que seguir hablando es mi mejor opción hasta el momento - Todos pelean en el espacio, pero yo perdí la habilidad de pelear con ellos - no puedo evitar hablar con tristeza y pocas ganas - Ya no soy un parasito - eso último fue una explicación más para mí y no puedo evitar acariciarme el vientre, lugar donde está creciendo alguien y al parecer está comenzando a notarse en mi cuerpo, con el hecho que mi abdomen se haya inflamado con el paso del tiempo.

Desde donde estoy trabajando junto a otros parásitos, puedo observarlas sin problema, aunque en estos momentos las gotas de lluvia que caían se estaban intensificando no era impedimento para evitarnos trabajar la tierra.

Pero mi mente rápidamente me recuerda el estado en que Kokoro-san se encuentra, por lo que me explico Hachi no puedo dejar que ella enferme o decaiga como el resto de los parásitos, eso sería demasiado malo para ella y para el bebé, así que dejo mis herramientas en el suelo y emprendo camino hasta donde esta Genista, porque sé que bajo nuestro FranXX la voy a encontrar a ella y a Zero Two.

- ¡Kokoko-san! - la llamó, pero ella me ignora - No es seguro, entra - le ordeno mientras me acerco lo suficiente a ella para estar a su lado

- ¡Déjanos! ¡Zero Two quiere estar aquí! - me grita mientras se abraza fuertemente a Zero Two, quien parece estar inconsciente

- ¡Pero no es bueno para ti! - vuelvo a decir y apoyo mis manos en su espalda con la intención de poder convencerla de salir de la lluvia

- ¡Voy a protegerla! Ya no soy un parasito, ya no tengo nada ¡No puedo hacer nada! ¡Al menos quiero estar a su lado! - ella vuelve a grita y sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales no tardaron mucho en comenzar a correr por sus mejillas - Por favor, déjame quedarme - sus palabras estaban llenas de tristeza, logrando hacerme sentir miserable por dentro

- ¡Entonces, me quedaré con ustedes! -

- Vete - ruega ella - te dije que no necesitabas hacerte raspón...

- ¡No es por ser responsable! - la interrumpo, dejando salir esa frase en un grito y ella voltea rápidamente para mirarme a los ojos - No digas que no tienes nada. Si tu no lo tienes, entonces yo tampoco - puedo sentir como lagrimas corrían por mis mejillas, pero eso no sería impedimento para seguir hablando - Encontré una razón de vivir, quiero proteger tu futuro y el del bebé, ¡Soy débil! Y tampoco entiendo lo que es el amor, pero aun así quiero caminar con ustedes - mi mano viajó rápidamente hasta el bolsillo de mi uniforme y saque de ahí la argolla que tenía puesta en mi dedo el día que llegué a Nido, lo saco de la tela y se lo muestro a Kokoro para que vea que mis palabras no son falsas

- ¿Por qué aun tienes eso? - pregunta impresionada - ¿Por qué dices mi nombre aunque te duele? - con la última pregunta ella comienza a llorar con más intensidad

- Incluso sin recuerdos, podemos volver a empezar, podemos decir nuestros nombres cuando nos necesitemos - tomo su mano y la entrelazo con la mía, pero ella sigue mis movimientos y no se aleja de mi - Esa será nuestra batalla -

Kokoro-san alza su mano y en su palma puedo ver su argolla, ella al igual que yo la guardo todo este tiempo.

- Mitsuru-kun... Mitsuru-kun... ¡Mitsuru-kun! - el solo escucharla decir mi nombre me da la respuesta a que acepto mis palabras y mis intenciones, dando paso a mas lagrimas que ambos comenzamos a dejar caer por nuestros rostros

- Kokoro-san... ¡Kokoro-san! ¡KOKORO-SAN! -

Soy consciente de que muchos de los parásitos podrán escuchar nuestros gritos, pero eso no importa, lo que importa es que a pesar de que no tengamos recuerdos, ambos nos aceptamos y estoy seguro de que esa vida que lleva en su vientre será la mejor razón para que caminemos juntos en el futuro.

A pesar de todo lo que hemos pasado, quiero estar junto a ella y no me importa si con el paso del tiempo mi cabeza sigue doliendo al pronunciar su nombre, sé que ella y nuestro bebé van a ser una buena razón para aguantar cualquier dolor que venga de ahora en adelante.