Una Noche

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 Recomendación (?)

Denle play a la canción cuando lean Banana Brain 7u7 es para poner el ambiente




A solo unos días de las copa Rostelecom, todos los participantes ya habían llegado a Rusia y todo habían sido hospedados en un solo hotel.


Yuri caminaba irritado por los pasillos del hotel, Jean detrás de él; con quien tenía la perra suerte de encontrarse siempre que salía, no dejaba de comentarle los planes que tenía junto al resto de patinadores para esa noche. El adolescente rodaba los ojos tratando de ignorarlo, iría por algo dulce que comer y regresaría a su habitación lejos del JJ estúpido Leroy. Presiono el botón del ascensor para bajar, no pensaba ir por las escaleras 6 pisos abajo.


─¿Qué dices gatito te unes? ─


─Deja de joder Leroy­─ Giro molesto encarándolo─ No estoy de humor par─


─Vi-Viktor...─ Reconocería esa voz a si fuese kilómetros, sintió cada musculo de su cuerpo tensarse, sus dientes rechinaban y su mirada amenazaba con matar.


Dentro del ascensor Viktor y un sonrojado Yuuri se separaban después que el primero le haya comido la boca al segundo.


Su pecho punzo.


─Yurio─ Llamo tímido el japonés.


─¡Vaya, que coincidencia encontrar al gran Viktor Nikiforov con lo grande que es el hotel! ─


─Jean Jacques Leroy─ Pronuncio con cierto recelo Viktor mirando alternativamente al canadiense y al ruso. ─Yurio, deberías estar ya en tu habitación─


El rubio bufo para luego dirigirse a las escaleras. Jean con las manos tras la cabeza se giró dispuesto a seguir el camino del rubio.


─Leroy─ Llamo Viktor ─ Deja de seguir a Yurio─ El canadiense rio.


─Podrás ser el gran Viktor Nikiforov pero tú no mandas a un Rey─ Y siguió su rumbo, extrañamente Yuri comenzaba a dejar cierto aroma dulzón por rastro, sus instintos solo le decían que lo siga y así lo hizo.


Viktor tampoco había pasado por alto el ligero aroma, pero se negaba a creer que Yurio era el origen, aún era muy pronto.


─¿Viktor? ─ Yuuri a su lado lo miraba con preocupación, el ambiente no había sido el mejor y el semblante serio del paliplata no le gustaba.


─Ah, no es nada─ Le sonrió ─ Vamos Yuuri. ─


Sin embargo una extraña sensación se alojó en su pecho, algo como un mal presentimiento.


**


Jean alcanzo a Yuri quien ya estaba en el cuarto piso.


─Hey, ¿Por qué no tomas el ascensor? ─


─Tómalo si quieres y déjame en paz─


─Guarda tus garras gatito, no sé qué problema tengas con Viktor pero no te las pagues conmigo─


─Iré─ Por un momento Jean no entendió a lo que se refería el menor, al llegar al tercer piso sonrió triunfante.


Giacometti podría tragarse sus palabras, no había imposibles para el gran JJ.


─Paso por ti a las diez─ Y tan rápido como había aparecido se fue no sin antes realizar la pose JJ style.



**

La música inundaba el lugar, a penas y podía escuchar la voz de Jean.

¿Cómo había dejado que lo arrastren hasta ese lugar? Las personas bailaban empujándose unas a otras, empujándolo en el proceso, la mano de Jean jalándolo evito que cayese al suelo.


─¡Qué haces, baila Yuri! ─ Grito Jean mientras tomaba una vaso con licor, un Michele llegaba con unos vasos, uno se lo entrego a Yuri este al olerlo supo lo que era.


El volumen de la música subió, ahora todos saltaban frenéticamente.


─¡¿Piensas estar parado toda la noche?! ─


Frunció el ceño irritado, no solo sus oídos iban a explotar por lo alto de la música, no dejaban de empujarlo y de pisar sus pies. La gota que derramó el vaso fue cuando Nekola resbaló haciendo que un poco de contenido de su vaso salpicase a su ropa, de un solo trago término con el contenido, era un poco amargo pero no sabía tan mal. Giacometti apareció con una botella y fue sirviendo a todos, sin embargo paró antes de llenar el vaso de Yuri, este meneo el vaso por lo que el suizo restándole importancia la lleno.

Cuatro vasos más y Yuri se sentía más libre, incluso había comenzado a bailar saltando de un lado a otro, la música cambio.



Banana Brain



Su cuerpo se movía al ritmo de la música, sentía como su mente se ponía en blanco, sin preocupaciones, sin problemas ni estrés.


Sin Viktor.


En qué momento habían terminado haciendo un círculo y girando, no lo sabía.


Solo sentía calor, un sofocante calor.


Estaba tan mareado que apenas podía sostenerse de pie.


─¿Estas bien gatito? ─ Jean se le acercó al verlo apoyado en la pared, sin embargo un delicioso aroma lo envolvió, siguió su olfato llegando al rubio, aspiro la cabellera de este, era tan dulce.


─¿Q-qué crees que haces? ─ Yuri tenía el rostro sonrojado, Jean creyó que quizás era demasiado para el ruso por lo que opto por regresar al hotel, avisando a Giacometti se retiró ayudando a caminar a Yuri. Sintió varias miradas sobre ellos, miradas que cruzaban la línea de lasciva y sabia para quien iban dirigidas. Atrajo el cuerpo del menor al propio a pesar de las quejas del mismo, pero estaba tenso, a la defensiva.

Suspiro de alivio al salir de aquel lugar, había sido muy extraño. Paró un taxi y dio la dirección mientras subía a la parte de atrás con Yuri, se percató de que estaba agitado y su rostro ardía.


─Tienes fiebre, arh ─ Se rasco la cabeza pensando ─ En mi habitación tengo algunas pastillas ─


Al llegar al hotel tuvo que cargar al menor en brazos, pues este no hacía más que decir que tenía calor. Tomo el ascensor presionando el piso 5, Yuri estaba completamente rojo, en ese estrecho lugar el olor dulce calo hasta el fondo de su ser, todo lo que aspiraba era ese aroma, un incómodo calor comenzaba a molestarlo, su corazón latía con fuerza.

Ingreso a su habitación con rapidez depositando al rubio en su cama mientras corría en busca del botiquín y es que Jean Jacques Leroy estaba conmocionado por todo lo que estaba sucediendo, El Rey no tenía mucha idea de lo que debía hacer y de milagro se mantenía en pie, pues había consumido mucho más alcohol que el rubio, la cabeza comenzaba a darle vueltas y aquel olor no hacía más que marearlo.

Después de crear un caos buscando las benditas pastillas regreso al lado de Yuri, pero lo que pasaría a continuación, no se lo esperaba.


Yuri se retorcía en su cama, hasta el más mínimo roce con las sabanas le producía sensaciones que nunca antes había experimentado, su cuerpo ardía, sentía demasiado calor , se sofocaba, estaba sumamente excitado y mareado, su cuerpo pedía un atención, sin embargo con la poca lucidez que le quedaba se negaba a masturbarse. Su conciencia se ahogaba en la bruma de la excitación, trata de levantarse pero en cuanto sus piernas rozaron su miembro socándole un gemido, no lo soportaba más, su entrada ardía, estaba húmedo. Se deja caer nuevamente en la cama mientras apretaba con fuerza las sabanas y pequeñas lágrimas surcaban su rostro.


─Ah ─


Jean esta como piedra en medio de la habitación.


Las feromonas de Yuri parecen golpearlo con fuerza, su conciencia se nubla.


─Yuri... ─ Intento levantar al rubio de la cama, más al solo tocarlo un espasmo azoto el cuerpo del ruso liberando un jadeo. Jean Jacques Leroy estaba al borde de un colapso, pues, tener al hada rusa en esa situación no presagiaba nada bueno.


─No...no puedo, arde, me sofoco ah! JJ─ Oh que tenía que ser fuerte, pero su nombre siendo pronunciado por tan suplicante voz podía con él, era un alfa después de todo y el olor del celo de Yuri lo estaba volviendo loco.


Trago con dificultad, estaba sudando, su cuerpo respondía a aquel afrodisiaco aroma.

Su piel blanca, su cabello desparramado en la cama, sus labios rosados liberando jadeos, sus manos aferrándose a las sabanas.


Jean Jacques Leroy era un Rey.


Pero en ocasiones los Reyes poseen debilidades.


No sabe cuándo, pero esta sobre el menor.


No sabe cómo, pero está asaltando los labios vírgenes del ruso.


No sabe qué está pasando pero da rienda suelta a sus instintos


Sus labios atrapan los del menor, tan suaves. Sus manos recorren el fino cuerpo que se retuerce ante sus toques.


Abandona los rosados labios para descender por el cuello, tan blanco cual porcelana.


Yuri posa las manos sobre el pecho del canadiense, sabe que lo que va a pasar esta mal, pero su voluntad es nula, no tiene fuerzas para oponerse y el alcohol solo logra hacerlo más dócil.


Su ropa va desapareciendo de su cuerpo, Leroy admira tal obra de arte para lanzarse sobre ella, ya no oye razones, ya no piensa, se dejó arrastrar por la lujuria.

Ambas bocas vuelven a encontrarse, una inexperta, la otra hambrienta, un gemido escapa del menor cuando su miembro es atendido por las manos contrarias, su mente es un caos, como nunca lo hubiese pensado, no atina mas que a dejarse hacer, las sensaciones son nuevas, las caricias logan aplacar su calor, sus manos se aferran a las sabanas y tiran de estas, sus ojos brillosos yacen ocultos tras su flequillo.

Se deshacía en jadeos cada que su cuello, pezones y vientre eran tocados y a Leroy le causa cierto morbo oírlo por lo que lamia con insistencia cada lugar sensible del menor. Pero ya no aguantaba más, su miembro presionaba contra sus pantalones, en un rápido movimiento giro el delgado cuerpo de menor dejándolo boca abajo, se desvistió para luego dirigir un dedo a la húmeda entrada, Yuri se tensó ante aquella molesta e incómoda sensación, lo sintió deslizarse, su cuerpo iba relajándose, un segundo dedo y una extraña pero placentera sensación lo embriago, esos dedos que se enterraban con profundidad tocaron cierta zona que logro que se liberase un sonoro gemido y alzara las caderas.

Jean, viendo listo al menor se colocó detrás de este comenzando la penetración.

El menor grito y se tensó, dolía, su entrada dolía, el canadiense comenzó a masturbarlo tratando de relajarlo, no paso mucho cuando de una embestida se enterró en el cuerpo ruso, agarrando con firmeza las caderas del menor comenzó a salir con lentitud para dar inicio al vaivén.

Primero lento, ambos cuerpos moviéndose al compás, sin embargo la excitación domino al mayor que, arremetía con fuerza contra el ruso.

Jadeaba, gemía y hasta gritaba, el dolor y el placer se combinaban, tantas sensaciones trataba de drenarlas presionando las sabanas y ocultando su sonrojado rostro. Sintió los dientes del canadiense cerca de su nuca y se alarmó.


─N-No, no mh me, ¡No me muerdas! ─ La poca lucidez que le quedaba hizo que llevase ambas manos a su nuca cubriéndola


─Gatito─


No dejo de cubrir su nuca, sentía las mordidas que Leroy dejaba sobre estas, poco le importo el dolor.

Sus respiraciones se volvían más erráticas anunciando el pronto clímax, se removió jadeante.


─No...adentro no, ah! JJ no─ El mayor parecía no oír, Yuri jadeante apoyo un mano en el vientre del mayor empujándolo, poco le importo a este que ni se inmutó. Las embestidas iban con más fuerza, Yuri hundió su rostro en la cama.


Su interior se llenó de la caliente esencia contraria mientras la propia ensuciaba las sabanas.


Su cuerpo estaba adolorido, lentamente su respiración volvía a la normalidad, sus ojos se cerraban, el cansancio lo vencía.


Se dejó arrastrar al mundo de los sueños.



querían rikura, ¡ Tomen su rikura!

Ya esta, no me maten (?)

>w< No a la ONU!! espero les haya gustado


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